Un estudio realizado por la Universidad de Southampton examina las evidencias de la supervivencia de cierta conciencia en pacientes clínicamente muertos.

Por vez primera la ciencia demuestra en animales que el cerebro sigue en actividad, e incluso la estimula, poco después de la parada cardiaca.

A los libros que cuentan cómo alguien 'visitó' el cielo en una experiencia cercana a la muerte se le suman ahora los que relatan cómo esta experiencia ha cambiado a su entorno más cercano.

El ‘más allá’ se percibe ‘mucho más real que la realidad’. Nuestro cerebro parece preparado para ofrecer una experiencia que llega con la percepción de la muerte, dándonos otro nivel de vivencia y consciencia.