El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Muy posiblemente, en esta crítica, se nos esté diciendo lo que no debemos hacer y, sobre todo, lo que no debemos ser.
Existen numerosos textos bíblicos que nos animan a estudiar, analizar e interpretar correctamente las Escrituras. Si Dios se ha revelado a la humanidad a través de Su Palabra escrita en la Biblia, es normal que mediante su lectura, examen y reflexión podamos llegar a conocer mejor la naturaleza de nuestro creador.
Santiago era uno de los medio hermanos de Jesús que no creían en él durante su vida, pero después de la resurrección de Cristo vino a ser un discípulo del Señor y llegó a ser uno de los pilares más importantes de la primitiva iglesia de Jerusalén, facilitando a los judíos la conversión al cristianismo.
Os pido perdón porque os hemos fallado como personas, como amigos, como pastores, como familias y, sobre todo, os hemos fallado como hermanos en Cristo.
¿Es posible que las hormigas funcionen mejor como iglesia que nosotros los creyentes?
Los cristianos somos llamados a trastornar el mundo entero a través de un gran mensaje.
El texto no parece decir mucho porque está conectando una necesidad física (hambre y sed) con un concepto legal, ético, moral e incluso espiritual (justicia).
¿Acaso miente el apóstol Juan cuando nos anima a buscar e investigar en las Escrituras porque en ella tenemos la vida eterna? ¿Acaso nos engaña el apóstol Pablo cuando nos dice que el evangelio es poder de Dios para salvación?
La iglesia del presente, empeñada en colar el mosquito y tragar el camello; obstinada en ver la viga en el ojo ajeno antes que en el propio.
Nos toca examinarnos, observarnos y analizarnos nosotros mismos.
Hace aproximadamente unos 2000 años, Jesucristo hizo una clasificación de todas las personas en función de cómo respondían o reaccionaban al oír el evangelio.
Muy posiblemente estemos fallando en saber trasmitir el evangelio y hacerlo atractivo para los jóvenes que, sin duda alguna, tienen un vacío espiritual inmenso en su interior
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