El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
El pecado no es un mal que está ahí fuera, sino que forma parte de nuestro ser y condiciona inevitablemente nuestro pensar y actuar.
Una criatura microscópica es capaz de poner en aprietos a un gobierno y lo pequeño e ínfimo se convierte en enemigo letal de lo grande y magnífico.
Una persona puede ser brillante en determinados campos de la actividad humana, pero estar gobernada por un corazón necio.
¿Por qué cuesta tanto trabajo reconocer que la criatura que está en proceso de nacer tiene derecho a vivir, si se trata del derecho más fundamental de todos.
La causa de los no nacidos tiene los componentes necesarios para ser defendida por todo aquél que hace de su bandera la protección de los desamparados, los débiles y los vulnerables.
En el mundo que vivimos sigue siendo necesario que haya héroes que luchen por causas perdidas, pero que son justas, pues de lo contrario la iniquidad acabará siendo hegemónica.
Los trabajadores satisfechos con su trabajo, no basan esa sensación (ni mucho menos) en un patrón exclusivamente monetario.
El Nuevo Testamento atribuye directamente esa función divina a Jesucristo, al decir que "todas las cosas en él subsisten".
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