El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Sigo día a día en ese camino hacia algo mucho más preciado que Canaán, en la seguridad de que alcanzaré la meta, no por mi sino por aquel en quien he creído.
Mientras que la adoración de Baal se hacía principalmente en lugares altos, el culto a Asera parece que se hacía principalmente en arboledas y bosques.
¿Quiénes eran estos cananeos, un pueblo cuya aniquilación ordenó Dios? ¿En qué creían, qué practicaban? ¿Por qué fue su existencia una amenaza tan grande para el antiguo Israel?
En la Biblia, las avispas constituyen un instrumento divino para hostigar a los moradores de Canaán y molestarlos mediante sus dolorosas picaduras.
Sé que la libertad del espíritu no la gané sino que Dios me la regaló en la persona de su Mesías.
Shai Shemer, en una entrevista para “Génesis” de Diego Acosta García
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