El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
El panorama puede resultar deprimente. Pero aquel que conoce a Jesús no debe dejarse anegar por esa situación.
El Hombre de pecado se coloca en lugar de Dios y que será la Palabra de Dios la que irá recortando su reino hasta que tenga lugar la segunda venida de Cristo.
Lo que resulta atractivamente hermoso en Jesús es su persona, su conducta y sus enseñanzas.
Esa luz no es mía, sino que sólo refleja pobremente la de Jesús, que es la Luz del mundo.
Los que creen que la salvación deriva de los propios méritos o de las propias obras, no pueden entender el amor de Dios. Ésta es posible sólo por pura gracia.
¿Acaso puede ser? está dedicada al amor que Dios mostró mediante la muerte del mesías Jesús.
La sumisión estuvo en aquellos que comprendieron que el perdón del pecado exigía el sacrificio de aquel que no tenía culpa alguna.
La Reforma, no sólo devolvió la música al pueblo sino que además le dio un impulso extraordinario de belleza, espiritualidad y elevación que perdura hasta el día de hoy.
La Reforma devolvió la Biblia al pueblo al que, de paso, alfabetizó para que pudiera leerla; estableció cultos en lengua vernácula para que se entendiera la predicación del Evangelio y, de manera extraordinariamente importante, depositó en manos de todo el pueblo la música.
Todavía cuando pienso si me encontraré en ese río con alguien deseo de todo corazón que la respuesta sea afirmativa.
Jesús no llamó a la gente a quedarse tranquila donde estaban, sino a seguirlo aunque eso significara dejarlo todo.
Dios es real y no sólo lo es, sino que se puede sentir Su presencia en lo más profundo de nuestra alma.
En medio de un desierto, aparecerá agua; en medio de la lejanía, El aparecerá a nuestro lado; en medio del lugar a ninguna parte, aparecerá un camino hecho por El.
Lo más importante no es la belleza de la composición musical, sino que el mesías ha llegado.
Un himno de humildad, de entrega, de confianza en el que se afirma, como enseñó Jesús, un claro hágase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo.
Habla este himno de Geroge Matheson sobre un amor que nunca nos dejará, el amor de Dios.
Nuestra existencia – nos demos o no cuenta de ello – es un terreno seco y árido que necesita del agua de vida que sólo puede dar Dios para sobrevivir.
El mensaje de Jesús insiste en que todos somos pecadores y en que Dios nos llama a ir a Su lado no porque somos buenos sino porque no lo somos.
Es imposible comprender los tiempos en que vivimos sin disponer de una visión que sólo puede dar Dios.
Imagino que entre las personas que leen estas páginas habrá algunos que deseen conocer al Jesús real y encontrarse con Dios como Padre. Incluso es posible que ansíen hacerlo ya. Pues bien, está al alcance de su mano.
Dios es mi tesoro, el único Ser al que rindo culto, la explicación de toda mi vida y Aquel al que profeso el mayor amor.
A fin de cuentas, también lo importante no es lo que no se entiende de la Biblia sino vivir de acuerdo con lo que se entiende.
El encuentro con Jesús cambió radicalmente las vidas de Melody y Keith Green que, de manera casi inmediata, tras su conversión, iniciaron una obra de evangelización entre madres solteras adolescentes, vecinos y drogadictos.
Dios es digno que cualquier criatura le rinda la gloria y el honor porque es el Creador. Una explicación del himno.
Tengo la absoluta seguridad de que, cuando llegue a la otra orilla, descubriré que todavía existieron mucos peligros ocasiones que yo nunca conocí.
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