El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Jesucristo, el ‘Yo Soy’ hecho carne, excluye todo ‘yoismo’ entre sus seguidores. El milagro de Su iglesia es ser un pueblo unido, salvado solo por Gracia y para Su sola gloria.
La única esperanza definitiva del género humano está en Jesús el Mesías y que Él regresará.
Más allá de todo sistema doctrinal religioso finito está el verdadero Dios infinito.
Reducir la comunión al ámbito y programa eclesiales, y a los días de reunión, es no haber comprendido el propósito de la salvación en Jesucristo.
¿Será que nos vamos a ver en otro período en que el gobierno deporta y le niega ciudadanía a personas nacidas en este país?
La visión es de una carroza real muy bella que atraviesa un desierto y que va custodiada.
Este mundo es pecaminoso y se las arregla para proporcionar el menor alivio posible a sus habitantes. En medio de esa situación, ¿adónde se puede ir salvo al Señor?
Hoy, como ayer, el mensaje de los embaucadores sigue siendo el mismo, teniendo muchos seguidores, que son embaucados porque quieren ser embaucados.
Dado que el vocablo ‘comunidad’ recibió usos muy amplios a lo largo del tiempo, es necesario poner suma atención al investigar su significado en relación con el Hijo de Dios.
Cuando llegan las pruebas, siempre cabe la posibilidad de refugiarse, cubrirse, esconderse en Dios.
‘Christ Collaborative’ demuestra que las iglesias evangélicas jugaron un papel importante en medio del desastre y ahora están participando en la reconstrucción.
La total entrega que caracteriza a los seguidores de Jesucristo resulta de conocer y depender de la fuente que les provee todo lo necesario para una vida diaria sostenible.
El amor de Dios es, ciertamente, imposible de describir en toda su hondura.
Elisa tiene la “desgracia” de haber nacido en un país de América Latina y de haber llegado a este país con sus padres indocumentados cuando tenía pocos años de vida.
Se reconozca o no, la reconciliación fue introducida por Dios hace varios milenios luego de la caída en pecado de la primera pareja humana, y de su expulsión del jardín de Edén.
Todo lo que llega, por una u otra razón, es dado misericordiosamente por Dios.
Podemos destacar dos tendencias instintivas como realidades subliminales más importantes: eros (como instinto de la vida) y tanatos (como instinto de la muerte).
Las iglesias siguen creciendo, pero se dan cuenta que necesitan responder a un mundo muy diferente al que dio vida a su movmiento.
A lo largo de su ministerio terrenal el Maestro de Galilea enseñó que el arrepentimiento es la huella profunda que debe marcar la vida de toda persona que desee seguirle, para vivir eternamente.
Un joven estudiante de ingeniería biomédica prepara para su trabajo final el diseño de una silla de ruedas adaptada a terrenos irregulares, pensando concretamente en las zonas rurales de Mozambique.
La canción simboliza lo que hay en el corazón de las personas que un día se encontraron no con una organización religiosa, sino con Jesús el Mesías.
“El cambio climático es uno de los mayores retos de nuestros días, y es fantástico ver que las iglesias también aportan su granito de arena para asegurar una reducción de su impacto en el medio ambiente”, ha dicho el obispo de Salisbury, Nicholas Holtam.
El pecador confunde roles; sin conocer a Dios exige lo que cree merecer; pero no asume primero que es imperioso arrepentirse, para que Dios restablezca la relación cortada y lo reconcilie con Él.
Aquellos que seguimos de corazón a Jesús como mesías tenemos como misión ser luz en medio del mundo.
Tener fe en Jesucristo, creer en Él, no es una acción generada por el ser humano, sino en el ser humano. No se puede creer a menos que el Espíritu de Dios abra nuestro oído. La Palabra de Dios lo hace.
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