El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
En el diseño divino de la creación, "todo lo que respira" adora al Creador de la vida. Para eso Dios nos ha dado aliento, para eso existimos.
Estamos pues, ante un manual de lectura urgente ante los diferentes brotes de escatologismo irresponsable y ajeno a la esperanza proclamada por las propias Escrituras.
Sus conclusiones, como no podía ser de otra manera, apuntan a lo que han desarrollado muchos exegetas posteriores: una sana comprensión del Apocalipsis encaminada hacia el fortalecimiento de una fe cristiana bien situada ante las diversas coyunturas socio-políticas.
Su orientación pastoral presidía, sin fisuras, la perspectiva del pensador evangélico.
Su enfoque es altamente crítico, en el mejor sentido, y quien lo lee y aprecia puede decir que a través de él traspone el umbral de la ingenuidad bíblica para hacerse presente en el ámbito de la hermenéutica más amplia y efectiva: crítica y profética, analítica y pastoral.
Dondequiera que haya un corazón cerrado, ahí está el Cristo que toca y pide entrada.
Aunque el poder de Cristo es absoluto, Cristo no es un gobernante absolutista.
Muy al contrario del divorcio que se suele hacer entre lo espiritual y lo político, el Apocalipsis los relaciona en todo momento.
Los laodicenses, por su acomodo tranquilo a la sociedad podían prosperar y vivir cómodos. Esa actitud indefinida Cristo la encontraba repugnante.
Podríamos pensar que tibio sería mejor que frío, pero, al contrario, para Cristo la tibieza es lo peor y le da asco.
La forma contemporánea de "justificación por obras" es "la justificación por logros". La idolatría más sutil para la iglesia de nuestro tiempo es la "exitolatría"
Consejos pastorales desde Sardis (Apoc 3:1-6). ¡La "propia imagen" también puede ser ídolo!
El énfasis del texto de la carta a Filadelfia no cae sobre el poco poder de ellos sino sobre su fidelidad y las grandes cosas que Cristo iba a hacer en ellos.
Tanto el prólogo del Apocalipsis (1.3) como el epílogo (22.2,18s) hablan de la autoridad central de la Palabra y la bendición de su lectura.
Partiendo del texto de Apocalipsis 7: 14, la canción habla de conceptos como el de la limpieza de los pecados o el blanqueamiento que viene de la sangre del Cordero.
Sólo si la iglesia del futuro resuelve ser fiel al evangelio, podrá ser a la vez "una zona de verdad" y "una zona de libertad" (Ap. 3:7-13)
En Pérgamo, todo el tinglado político-religioso del imperialismo idolátrico, con el que los nicolaítas querían fornicar, se desenmascara como "trono de Satanás".
Cuando aparece un Balaam (falso profeta) no está lejos un Balac (rey de la tierra, emperador) dispuesto a instrumentar su enseñanza.
Un amplio sector de nuestra comunidad supuestamente cristiana ha cedido, a menudo sin darse cuenta, a la idolatría del materialismo y del pluralismo.
Isaías 17 anuncia la destrucción de Siria y Damasco, lo que está llevando a muchos a creer que se refiere a este momento de la historia en Oriente Medio ¿Es correcta esta interpretación?
Consejos pastorales desde Tiatira. El pecado más extendido y menos reconocido en la iglesia hoy es la "avaricia, la cual es idolatría" (Col 3.5).
Consejos pastorales desde Esmirna. La iglesia no es una meritocracia. Y mucho menos una plutocracia.
El Apocalipsis no es esencialmente un libro de historia futura escrita por anticipado, ni un frívolo crucigrama de símbolos misteriosos para entretener nuestra curiosidad. Es un mensaje profético.
La unidad debe basarse en la doctrina, debe ser doctrinal.
Muchos, en amplios sectores del protestantismo, han querido hacer de la salvación una oferta barata de seguridad egoísta.
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