El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
No es posible afirmar que exista un mensaje unánime de las parábolas, sino que en cada relato habrá que constatarlo y descubrirlo de manera independiente.
La persecución nos revela dos cosas: lo que somos ya aquí en la tierra y lo que nos espera en el más allá.
¿Quién le ha dado clases de diseño y arquitectura a este pequeño pájaro de apenas once centímetros?
La tentación a desquitarnos de los ataques injustos que sufrimos es una tendencia propia del ser humano natural, pero no debe ser practicada por el verdadero discípulo de Cristo.
La cosmovisión naturalista, con su defensa del uniformismo absoluto, es solamente una creencia que no se desprende de la realidad.
El evangelio crea tarde o temprano división acentuada entre los cristianos y aquellos que no lo son.
La naturaleza es como una inmensa enciclopedia de diseños minúsculos que a veces pasan desapercibidos.
Donde se hacen realidad las palabras de Jesús es precisamente en los aprietos que los perseguidores deparan a los creyentes.
¿Es que, acaso, la naturaleza piensa? Yo creo que, más bien, alguien diseñó inteligentemente toda la naturaleza.
Si solamente tratamos de imitarle, quizás el mundo nos alabe, pero si en verdad llegamos a ser semejantes al Señor, el odio lo tenemos asegurado.
Con sólo posarse sobre los pétalos de una flor saben si ésta es tóxica o, por el contrario, puede servirles de alimento.
En pleno siglo XXI hay más persecución de cristianos, si se tiene en cuenta el número de víctimas, que la que ha habido desde los primeros siglos del cristianismo hasta el presente.
Algunos científicos dicen que nunca hubo un Dios, se salen de lo estrictamente científico y malinterpretan tanto a Dios como a lo que significa “crear”.
Hemos de pedirle al Señor sabiduría para poder distinguir adecuadamente y no confundir nuestros principios políticos con nuestros principios espirituales.
Para los judíos contemporáneos de Jesús, los abismos del mar representaban muchas cosas negativas, en especial, el paganismo de los pueblos gentiles que les rodeaban.
Hemos de tener cuidado en no provocarnos a nosotros mismos sufrimientos innecesarios que no son el resultado de vivir justamente.
Un cúmulo de indicios que apuntan hacia la existencia de un Dios personal creador y estructurador del mundo.
En la última bienaventuranza no se pretende exaltar la propia persecución, sino la fidelidad a Jesús.
¡Hemos de aprender a desarrollar más recursos espirituales para vivir en un mundo repleto de tiburones escépticos y malvados!
Quienes hacen la paz serán llamados hijos de Dios porque en realidad actúan como su Padre celestial.
Hay en nuestras sociedades una creciente hostilidad hacia el cristianismo, así como un desconocimiento general del mismo por parte de personas “cultas y educadas”
El hacedor de paz conoce esta situación de caída moral en que se encuentra el ser humano y está dispuesto a hacer lo que sea necesario para promover, a pesar de todo, la gloria de Dios.
Una creación a partir de la nada o un universo sin comienzo requieren por igual la existencia de un Dios creador trascendente.
La Biblia enseña que el problema está en el corazón del hombre y mientras éste no cambie su manera de ser, no habrá verdadera paz en el mundo.
La ciencia es posible porque el cosmos es creación inteligente y el ser humano criatura hecha a imagen y semejanza del Creador.
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