El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Acabo de regresar a Madrid después de un largo viaje: Colombia, Venezuela y Cuba.
La creciente evidencia científica indica, cada vez con mayor intensidad, que la selección natural no es una fuerza creativa sino únicamente estabilizadora.
Al día siguiente, mientras se preparaba el desayuno escuchó las noticias por la radio.
“Desterremos de nosotros toda sospecha”, gritaba Séneca. La sospecha envanece, escribía años después el apóstol Pablo. ¿Se puede atribuir a la sospecha naturaleza de verdad? La autora del libro admite que su hipótesis es pura sospecha, pero lectores ávidos de sensaciones nuevas digieren estos cuentos sin más.
La Biblia los menciona y los incluye entre los animales inmundos que no se podían consumir puesto que se arrastran sobre la tierra.
No somos mejores que Adán y Eva porque, además de la inocencia, hemos ido perdiendo otras muchas cosas por el camino.
Entre Dan Brown con su “Código Da Vinci” y Juan Arias con su “María Magdalena” transcurren dos años, pero el cura apóstata da la razón al novelista inventor de fábulas.
La precisión cuántica de la navegación de las aves, las ballenas o los renos, sólo puede deberse a una inteligencia superior a la nuestra y no a la de la evolución al azar.
A pesar de las muchas semejanzas que puedan existir entre simios y humanos, nuestra singularidad se explica mejor por medio de un diseñador común que mediante un ancestro común.
Aunque todo ocurrió en sueños, nada le pareció tan real como aquella experiencia onírica.
Así es la novela. Todo lo aguanta. Con todo carga, por muy disparatado que sea. Ninguna pretensión de originalidad. La suma de artificio vano, falso, inconsistente.
Cuando termina el período de muda del águila real, se rejuvenece y parece un ave diferente.
Es muy probable que aquello que pensamos acerca del origen de la humanidad esté bastante condicionado por lo que personalmente cada cual haya elegido previamente creer.
El tener que ganarse la vida con la literatura perturba la serenidad y a la mentira no se le da importancia. Se la considera parte del oficio. La pluma –decía Byron- ese poderoso instrumento de los hombres insignificantes.
Los pulpos poseen una compleja máquina proteica capaz de editar el ARN copiado del ADN y alterarlo con el fin de adaptarlo a sus necesidades particulares.
Tom Wolfe: “No, no soy creyente, y creo que la teoría de la evolución es un cuento bien intencionado”.
Un poder sobrenatural actuó en aquel cuerpo sin vida, lo transfiguró y resucitó con el fin de que se cumplieran los planes eternos de Dios.
La resurrección de Jesús no es sólo una victoria sobre la muerte biológica sino sobre la Muerte global con mayúsculas y sobre el príncipe de las tinieblas.
A un investigador como lo presenta el libro se le exige rigurosidad, documentación, como menos. Nada de esto aporta el autor. Y el lector, por lo general, no está en disposición de averiguar sus insinuaciones.
Señor director: No encontraremos los confines del amor si no recorremos los caminos del alma.
Toda la evidencia científica disponible en la actualidad es consistente con la creación especial por parte de Dios de una primera pareja humana literal separada de los primates.
Cuando surge un tema que capta al público, los editores se vuelcan en la producción de obras que especulen sobre el mismo entramado. Es su negocio. Y hay un empecinamiento literario en casar a Jesús con María Magdalena.
Cristo nos interpela a todos para que nos acerquemos a él y dejemos de darle la espalda.
A todos ellos, desde este rincón madrileño que pronto abandonaré, les envío un saludo a través de las nubes.
La Biblia ha venido siendo cuestionada desde que las ideas evolucionistas se impusieron en la sociedad.
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