El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Beber en exceso tiene consecuencias nefastas para el cuerpo, pero también para el alma.
Líderes cristianos de cinco países describen el consumo de alcohol en su sociedad y cómo lo ven las iglesias: “un consumo moderado no resulta problemático para la mayoría de los evangélicos”.
Lo radical del evangelio es que no promete una distracción superficial del pesar que probablemente nos acompañe en esta vida, sino que ofrece una liberación completa en la que todo en nosotros quedará redimido en Cristo.
Aunque sólo hicieron música durante cinco años, el carismático y autodestructivo Morrison logró forjar una leyenda a partir de su misteriosa muerte.
Este veneno alcanza tanto a hombres como a mujeres, adultos y adolescentes, sean cuales sean sus estudios, su posición social, desde los más pobres hasta los más ricos.
Quizá, no nos demos cuenta de que en nuestras iglesias también existe el alcoholismo entre los hermanos y hermanas. Nadie está exento de caer en adicciones, en cualquier tipo de adicciones.
ONGs evangélicas promueven un estilo de fiesta sin alcohol ni droga, y prestan asistencia sanitaria a decenas de jóvenes inconscientes y cientos en estado de embriaguez.
Durante una fiesta con "botellón" que realizó junto con unos amigos en un parque de San Martín de la Vega (Madrid).
Se trata de la oración de un alcohólico que se dirigía a Dios. Suplicaba a Dios que igual que Su Hijo tiempo atrás había convertido el agua en vino ahora convirtiera el vino en agua.
Los jóvenes que tienen una relación más afectiva con su progenitora tienen menos tendencia a consumir alcohol, tabaco o cannabis.
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