El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Según el texto bíblico, la muerte ocurre a todos. Cada uno de nosotros vivimos bajo sentencia de muerte.
Mucho se ha escrito sobre la religión del fútbol. A quien cree en Dios sin preguntarse de dónde salió se le tilda de fanático. Sin embargo, la religión del fútbol produce más fanáticos que la religión de Jesús.
El perdón no es un “capricho” divino, sino el medio por el cual se comienza a sanar el corazón.
Nuestros sentimientos “negativos” durante el proceso indudablemente doloroso del duelo nos pueden acercar al corazón de Dios de una forma que pocos conocen.
En el relato de Tirso, Dios pierde su carácter de Padre misericordioso y aparece como juez severo, implacable.
La bendición no consiste en que no tengamos dificultades de ningún tipo, sino en que aún en medio de ellas, Dios nos bendice para que en nuestra ignorancia podamos orientarnos con su luz.
Este artículo consiste en una reflexión crítica que intenta encontrar un equilibrio entre la discreción del obrero, y la claridad y mayordomía de las partes implicadas.
Cervantes define el agradecimiento como el “acto por el que expresamos el sentimiento que nos mueve a estimar los beneficios recibidos y corresponder a ellos de alguna manera”.
Es falso ese mensaje que cada vez se extiende más en los círculos “evangélicos” que dice que si vienes a Cristo no tendrás problemas y que “serás feliz” y “muy bendecido”.
De juicios trata mucho la Biblia. Los profetas emplearon numerosas figuras para referirse a los juicios de Dios.
Durante dos jornadas, los malagueños pudieron conocer las iniciativas que llevan a cabo iglesias y entidades evangélicas en la provincia.
Son precisamente estas ocasiones inesperadas en las que se pone a prueba una voluntad fuerte que se resiste al cambio, en orden a dar preferencia a las necesidades de otros.
El escudero y ahora gobernador se asemeja a Salomón, tercer rey de Israel, quien gobernaba a su pueblo y por extensión ejercía las funciones judiciales como Rey que juzgaba.
La parábola del sembrador nos presenta diferentes terrenos, que simbolizan los corazones en los que cae la palabra, no siempre dando el resultado que desearíamos. La música y el cine nos ayudan a reflexionar sobre ello.
Con disposición de corazón y la ayuda del Espíritu Santo, en vez de ahondar las divisiones se podría conseguir superarlas, en gran medida.
¿Podemos modificar la cristología del Nuevo Testamento y seguir llamándonos verdaderos cristianos?
En el sermón del monte Jesús beatifica a los pobres y a los que tienen hambre y sed de justicia.
Olvidamos con mucha frecuencia que, aparte de resaltar los atributos acerca del Verbo de Dios, también conviene señalar que Él es el creador y el sustentador de todas las cosas.
Sancho hizo lo más y mejor que pudo por los habitantes de la ínsula Barataria, igual que lo hizo Jesús por los habitantes de Jerusalén.
Nos atrevemos a señalar algunas características de aquel grupo que para nada se puede calificar de iglesia de Cristo y del cual habría que salir huyendo.
Moisés estuvo cuarenta años gobernando por el desierto al pueblo hebreo que salió de Egipto. Y después de semejante esfuerzo y heroicidad, Jehová no permitió que entrara con su pueblo a la tierra prometida.
El segundo de los diez mandamientos que Jehová dictó a Moisés en al famoso decálogo, dice: “No te harás imagen”.
¿Cómo denunciar el mal de otros cuando no somos capaces de reconocer y denunciar el nuestro propio?
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán (Lucas 21:33)
Aprender el idioma hebreo está bien, pero no tanto porque eso nos hará más santos, sino porque nos ayudará a entender mejor el texto bíblico del Antiguo Testamento.
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