El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
En el primer libro de la Biblia encontramos a un Dios que, desde el principio, está buscando restablecer la relación rota con las personas.
Cuando la Biblia nos enseña que podemos vivir en la presencia de Dios no está hablando de una religión que nos ayuda en algunos momentos.
Jesús quiso estar con la gente. ¿Queremos nosotros vivir y estar con él?
Jesús prometió que regresaría, y esta es una promesa a la que tenemos que atender más a menudo.
La fuente del perdón es el mismo carácter de Dios. Él es amor, y lo es en esencia.
Lo que hace la diferencia en la historia es la victoria sobre la muerte.
Ninguno de los discípulos creía que Jesús iba a resucitar. Pero los mismos que al principio se escondieron, cuando le vieron, llegaron a dar su vida por contarlo.
Existe un premio para los animadores, y es el de alegrarse sinceramente por los éxitos de los demás.
Puede que no cambie nada, pero el poder de Dios enseña a sonreír aún en medio de la muerte y la preocupación más absoluta.
Allí estamos representados todos, con nuestras distintas actitudes hacia Jesús.
Sabemos que somos amados. No por lo que somos o hacemos, sino porque quien nos ama quiere hacerlo.
Piensa en tus objetivos y trázalos de acuerdo a tu corazón, pero no te esclavices con ellos.
El domingo 10 de septiembre es el Día de las Naciones Unidas de la lucha contra el suicidio. Un vídeo de Jaime Fernández.
Para y piensa. Reflexiona sobre lo que es importante en tu vida.
En la cruz sus manos fueron traspasadas. Esa es la muestra de su amor inquebrantable.
En las horas previas a su muerte, muchas personas mostraron cuál era el valor que tenía Jesús para ellas.
Deberíamos vivir con un corazón enamorado de la Vida, con mayúsculas, que es el Señor Jesús.
Da gracias a Dios porque tienes la oportunidad de vivir un día más.
La clave de la historia es el señor Jesús. Es a él a quien seguimos.
Cuando somos niños, todos soñamos con ser héroes o heroínas. Dios siempre cumple ese sueño: seas quien seas, estés donde estés y sean cuales sean tus circunstancias.
Sus ejercicios eran admirados por todos, no solo por su habilidad, sino sobre todo porque su pierna izquierda era de madera: le había sido amputada por un tren.
A ninguno de nosotros nos gustaría estar en esas tres categorías, pero déjame decirte que caemos en ellas a menudo.
Es Jesús quien busca a Pedro para restaurarle. Así hace también con nosotros.
Muchas veces no necesitan ser gritadas o publicadas en los medios de comunicación para transformar o revolucionar la vida de muchas personas.
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