El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Cada vez más, el cristianismo evangélico latinoamericano estaba dejando atrás el modo anabautista.Ya no se trataba de persuadir al mundo, sino de gobernarlo.
Las primeras generaciones evangélicas en América Latina desarrollaron principios teológicos con muchos paralelismos a los enarbolados por el anabautismo.
Los esfuerzos internos posibilitaron el surgimiento del protestantismo antes de la llegada institucional de los misioneros extranjeros denominacionales en 1872-1873.
La misión, para Bartolomé de las Casas, tenía que ceñirse al ejemplo de Cristo. Ante éste no cabía recurrir a las armas para imponer la fe.
Tras renunciar a sus propiedades y privilegios como colonizador, Las Casas viaja a España con el fin de informar a la Corona de las atrocidades cometidas contra los indígenas.
En medio de la empresa colonial española y su evangelización espuria, resonaron las voces y vidas de Antón de Montesinos y Bartolomé de Las Casas.
No es justo responder con fórmulas gastadas a los desafíos que nos propone un Dios creativo.
Arrepentimiento, conversión, discipulado, evangelización y transformación de la sociedad conformaban para Menno un ciclo ineludible para los creyentes.
La lectura del Nuevo Testamento le llevó a cuestionar tanto dogmas católicos como los delirios milenaristas de quienes pretendieron erigir el Reino de Dios en la tierra en Münster.
Simons perteneció en el siglo XVI a la corriente anabautistas pacifista, la que enfatizó fuertemente que los convertidos en discípulos de Cristo deberían conformar comunidades alternativas a los valores éticos y prácticas dominantes en las sociedades de entonces.
Jesús Medina era discípulo y amigo de Manuel Aguas. Conoció y leyó la carta de Aguas en la que externa a su ex-superior en los dominicos, su renuncia a la fe católica.
Vinculado a la Iglesia Presbiteriana de Betlemitas y en compañía del pastor Arcadio Morales, además de una decena de condiscípulos, Hexiquio Forcada estudió intensamente la Biblia.
Tras su renuncia al catolicismo, Agustín Palacios se une a la Iglesia de Jesús y hace causa común con Manuel Aguas.
Al poco tiempo de su conversión, Arcadio Morales abre su casa para tener en ella actividades evangélicas.
En el verano de 1872, en agosto, más de treinta congregaciones evangélicas independientes del estado de México convocaron a lo que la prensa denominó un “Concilio protestante”.
La labor de Primitivo A. Rodríguez como traductor y editor por casi dos décadas deja un cúmulo de importantes obras para el conjunto del protestantismo mexicano de finales del siglo XIX y principios del XX.
El sentido de falsedad campea por todos lados, en emisores y receptores. No necesariamente lo falso es difundido a sabiendas que lo es, ni se le acepta conociendo que es mentira.
Ha sido un error metodológico marginar la variante endógena al investigar sobre el asentamiento del protestantismo en América Latina.
Las dos decidieron romper el yugo que las maniataba, iniciaron el camino de su liberación y aprendieron a leer la Biblia para comprenderse mejor a sí mismas y al mundo circundante.
Gracias al círculo Bienaventurado el que lee ha crecido mi convicción que es más enriquecedor leer un libro comunitariamente.
Tanto las primeras comunidades cristianas como las presentes han debido plantearse cómo hacer misión.
Tuve cirugía para injertarme un lente intraocular en el ojo derecho. La operación, gracias al Señor, fue muy exitosa.
Es buena la laicidad para el Estado, pero es mejor para la Iglesia cristiana.
La lectura, metafóricamente es navegación por mares ignotos. ríos conocidos, lagos transparentes o turbios.
El crecimiento demográfico y cambios en postulados teológicos transformaron la conducta social de los evangélicos en América Latina.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.