El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
El fundamento de la alegría del verdadero seguidor de Jesucristo no deben ser los logros personales sino la certeza de una relación sincera con él.
El sacrificio de las mujeres que acababan de alumbrar para entrar en el Templo debía ser de un cordero de un año y un palomino o una tórtola
En la Biblia, las víboras aparecen siempre como símbolos negativos por el peligro que entraña su veneno.
Según la cosmovisión hebrea de la época, el infierno era el sitio donde los gusanos, que devoraban a los allí recluidos, jamás cesaban en su macabra tarea putrefactora.
Ningún milagro de Jesús, aparte de su resurrección, tuvo tanto impacto en sus discípulos como éste. Los cuatro evangelistas lo mencionan.
Igual que la semilla de mostaza llega a convertirse en frondoso árbol, el milagro del amor divino convertirá una pequeña grey en el pueblo de Dios que transmitirá la salvación a todos los pueblos de la tierra.
El rabino galileo fue el nuevo Adán que vino a restaurarnos el paraíso.
Los gallos cantan antes del amanecer para marcar su territorio y atraer a las hembras.
En los tiempos bíblicos, los cabritos eran considerados poco valiosos frente a las ovejas ya que éstas, además de carne y leche, proporcionaban también lana.
Los buitres son auténticos diseños fisiológicos para reciclar la materia en los ecosistemas naturales.
La comunicación entre los polluelos y su madre empieza incluso antes de que se produzca la eclosión y éstos salgan del huevo.
Se podría decir que si el macrocosmos refleja la grandeza del Creador, el microcosmos se constituye en su elocuente portavoz.
La esperanza cristiana es, por tanto, que llegará un día en el cual se cumplirá plenamente el propósito que Dios tenía en mente al crear el cosmos.
Jesús no monta un brioso caballo, que era símbolo de poder y beligerancia, sino un pacífico pollino.
Ningún ser humano puede alcanzar la vida eterna por sus propios méritos.
La parábola de la oveja perdida ilustra bien el inmenso valor que tiene cada persona para el Creador y el eterno deseo divino de que todos lleguemos al conocimiento de la verdad.
Jesús no tenía por qué pagar el impuesto del templo puesto que era el Hijo del Altísimo. Sin embargo, lo hizo para no ofender y no crear escándalos innecesarios, por amor al hombre.
En la antigüedad, había dos clases de perros: los vagabundos y los que vivían con las personas.
El mar de Galilea goza, incluso en el presente, de cierta fama por la diversidad de peces que posee, 24 especies distintas.
Cristo enseñó que se puede conocer el interior de una persona por las palabras que habla y que cada cual dará cuenta de ellas.
Estas aves han sido estigmatizadas como aves sucias portadoras de enfermedades. Sin embargo, semejante calificación es completamente errónea.
El Señor Jesús resalta en este pasaje de Mateo un aspecto positivo de tales reptiles: la prudencia o astucia.
Aunque la tentación fue algo externo, la infidelidad nació en el corazón de la primera pareja humana.
Recientes estudios sobre la conducta social de las ovejas han revelado que son más complejos de lo que se pensaba y que su comparación con el ser humano resulta muy pertinente.
Jesús mostró también a sus discípulos que seguirle fielmente implicaría muchas privaciones y sacrificios personales.
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