El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Parapetarse en el mal ejemplo de otros es una señal de cobardía, que delata un carácter débil incapaz de hacer frente a lo malo.
Pudiera darse el caso de estar ocupadísimo y no estar ocupado en lo que realmente importa, lo cual se convierte en una tragedia.
Hay una enfermedad enquistada en el ser humano. Es lo que bien podría denominarse lepra moral y espiritual.
Lo que no tenía remedio humano, la muerte, lo tuvo divino, a través de un ser humano.
El populismo puede ser ideológico y político, pero también eclesiástico, con variedad de tendencias y fenómenos que serían evangelios populistas y que tienen que ver más con la credulidad que con la fe.
En medio de esa vorágine de deseos y codicias, el nacimiento de Cristo queda difuminado y pasa desapercibido, siendo una mera excusa para encumbrar lo sensual.
Se puede caer en la hiperactividad, con lo cual se entra en el activismo y se acaba en el estrés, con las consecuencias dañinas que conlleva.
¡Qué vuelco había dado este hombre! ¡Cuántas expectativas puestas en él quedaron frustradas para siempre!
La marcha de los acontecimientos no permite albergar grandes esperanzas de un futuro prometedor, si nos limitamos al horizonte humano.
Es urgente replantearse qué es la inteligencia, quién la tiene por derecho propio y cómo la recibe quien no la tiene.
La adopción de Dios no solamente es infinitamente más excelente que la humana sino que también es de un alcance mucho mayor.
La obtención de la felicidad ha sido, es y será uno de los grandes motores que mueven a los seres humanos.
Frente al materialismo de todo tipo, que considera que solamente somos materia o polvo, la Biblia declara que aunque somos materia, no somos solo materia.
El gravísimo problema que tienen los que creen en Diosito es que, en el fondo, creen en ellos mismos y Diosito no es más que una proyección de su corazón.
Si vivieran hoy, estos profetas denunciarían tanto los abusos sociales como la depravación sexual de nuestro tiempo.
Al hablar de pobreza se suele pensar en lo que tiene que ver con lo económico, siendo ése ciertamente un aspecto de ella aunque no es el único.
El cristiano tiene una causa por la cual luchar que no es inconfesable, sino sublime, porque es la mejor causa posible.
Si no hay enemigo más implacable que una mala conciencia, no hay amigo más dulce que una buena conciencia.
La búsqueda de naderías podría ser el compendio de la historia de la humanidad, en una cadena ininterrumpida que comenzó en tiempos remotos.
Iluminación sin revelación puede degenerar en un misticismo que se pierde en lo subjetivo y en la especulación. Pero revelación sin iluminación fácilmente se convierte en letra muerta.
Dados los tiempos de confusión y error en los que vivimos se hace imprescindible tener paradigmas verdaderos. Esa necesidad se hace urgente, especialmente, en la noción de matrimonio.
Además de belleza y encanto el arco iris es portador de otro mensaje y en ese sentido es diferente al resto de los fenómenos naturales, de forma que se puede hablar de una teología del arco iris.
Se ha ampliado el número de derechos, hasta cubrir todas las torpezas y abominaciones habidas y por haber, bajo la advocación del dios Derecho.
El temor se ha instalado en medio nuestro y lejos de haberlo vencido y ni siquiera alejado, se ha hecho más grande que nunca.
Hay que dar gracias a Dios por la bendición recíproca que padres e hijos se proporcionan mutuamente y esforzarse para ejercer sabia disciplina.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.