El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Premiada con el Oscar a la mejor película extranjera, ‘Ida’ nos muestra la lucha entre la razón y la fe, la carne y el espíritu, el odio y el perdón.
La idea de que el hombre es bueno, aunque las evidencias muestren lo contrario, es una de las grandes falsedades del pensamiento contemporáneo.
No es una película acerca de la ciencia, sino sobre la fragilidad de la vida. Al tratar sobre Hawking, un científico que han utilizado mucho los ateos, sorprende que se hable tanto de Dios.
El relato de “La isla mínima” ocurre en los años 80. Un film intenso de dos policías que investigan la desaparición misteriosa de varias chicas en las Marismas del Guadalquivir.
En ‘La sesión final de Freud’ (Teatro Español, Madrid) se produce un genial e insólito diálogo entre dos titanes del pensamiento del siglo XX.
Al perdonar descubrimos, como Zamperini, que vivíamos en una prisión mayor que en la que le tenían confinado los japoneses: la que llevamos en nuestro propio interior.
La descripción del desastre de Pompeya en el primer siglo se ha visto durante generaciones como un anuncio del juicio divino.
La salvación que hay por la sangre de Jesús fue más importante para Andraé que sus siete Grammy.
“Considero que mi fe en Dios se halla en una búsqueda constante”, dice el director italo-americano cuya obra gira en torno a la culpa y la redención.
“Songs of Inocence” es un álbum que gira, todo él, en torno a la nostalgia por la inocencia perdida, llevándonos a los días en que la banda irlandesa no era el grupo de rock más famoso del mundo.
Dice Ángel Fernández-Santos que es “uno de los filmes más originales y profundos que se han hecho sobre el vacío, la frustración y la inexpresividad que reposa bajo la incontinente verborrea” española.
El evangelio según Los Simpson transmite la necesidad de vivir en paz y amor con tus vecinos… Pero la realidad es otra. Y es ahí de donde parte el verdadero Evangelio.
La obra que mejor refleja el cristianismo de P.D. James dibuja un cuadro apocalíptico que, sin embargo, no está marcado por la desesperanza, ya que de él emerge un destello de luz que revela su fe.
Los mayores hombres de Dios que he conocido son también los más humildes. Lo que destaca de Escobar es su gracia y generosidad.
Incómodo y heterodoxo, George Orwell entendía la libertad como “el derecho a decir a la gente lo que no quiere oír”.
Una y otra vez caemos en el engaño de Underwood, al pensar que consiguiendo el poder para dominar y controlar a otros, seremos fuertes.
La mayor parte de la gente no entiende realmente qué es el satanismo, empezando por los propios cristianos.
Muchos creemos que la Reforma fue la obra de un gran Dios, no la historia de un gran hombre.
El Museo de Londres recibe estos días a Sherlock Holmes, el personaje "que nunca morirá", creado por un escritor obsesionado con el método deductivo que sin embargo terminó creyendo en espiritismo y hadas.
A lo largo de toda su trayectoria, David Fincher indaga en lo más inquietante del ser humano. Su última película no es la excepción.
La investigación sobre tan impensable crimen, nos revela algo que fácilmente tendemos a olvidar: el pecado no tiene sólo una dimensión personal, sino que es una cuestión también colectiva.
Lo más grande de Boyhood es, paradójicamente, su pequeñez: doce años en la vida de una persona, con sus penas y alegrías, siempre llena de interrogantes.
El cine hace, con la verdad, lo mismo que la memoria. La limpia y abrillanta, para que sea más soportable.
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