El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Ante casos como este resulta difícil no ver un patrón de corrupción de la infancia y la juventud, lo que nos lleva a plantearnos qué sociedad estamos construyendo.
Resulta contradictorio que una sociedad que condena toda violencia contra la mujer, premie con una medalla vencerlas a puñetazos.
La verdadera unidad es espiritual, y somos llamados a cuidar de ella. Proviene de nuestra identificación con Cristo, y su humillación.
Casiodoro se mantuvo fiel y nos dejó un legado maravilloso, al cual también nos invita la vida de Unamuno: el de acercar la Biblia a todo el mundo.
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