El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
El reino se ha acercado. Jesús muestra que tiene poder sobre la enfermedad y no viene solo a rescatar almas, sino a salvarnos de forma integral.
Keller comentaba las cosas que leía, veía o escuchaba, pero no se sentía cómodo con los elogios y las preguntas personales. Era realmente humilde.
Nuestro corazón está envenenado. El llamado de Juan el bautista a arrepentirse es amplificado por Jesús, que se nos muestra en este evangelio como alguien poderoso y cercano.
Era un hombre lleno de gracia. Le costaba vivir en el actual escenario de la sociedad americana, tan polarizado en el norte y el sur, pero también en un mundillo evangélico cada vez más politizado.
Su lectura es tan molesta e inquietante para el optimismo humanista contemporáneo que puede ser tan dolorosa como un puñetazo en el estómago. Desvela nuestro oscuro corazón.
En la conclusión del evangelio descubrimos que la historia no se acaba. Diversos artistas se han unido a la encomienda de llevar el mensaje de Jesús por todo el mundo.
La educación no es un compartimento más en nuestro fragmentado modo de vida, sino que sigue siendo un desafío para todos aquellos que creemos que el conocimiento de los hechos se relaciona con el sentido de la vida del hombre y el mundo.
La buena noticia de que hay vida después de la muerte se fundamenta en Jesús. El relato que seguimos hoy ha inspirado a diversos artistas nacionales e internacionales.
Toda su obra es una búsqueda de redención. Por eso, dice el músico, “he intentado leer la Biblia un tiempo”.
Pocos cineastas como él han plasmado la soledad del ser humano, que hace vagar a sus personajes en busca de la redención de un padre ausente.
La sombra de la cruz se extiende sobre todas las historias de redención, aunque sus autores no comprendan el sentido único de su sacrificio.
La justicia que conocemos en este mundo es distorsionada, a veces, una parodia de la verdadera. Pilato se ha convertido en un símbolo de esa injusticia.
Más allá de las ideologías y los credos, están las personas. Y cuando se produce una química tan extraña como la que hubo entre Paisley y McGuinness, surge el entendimiento e incluso la complicidad.
Se pueden decir de él muchas cosas, pero si hay algo que caracteriza su trayectoria, es su preocupación espiritual, algo tristemente ausente en la mayor parte de la literatura española actual.
Cuando entramos en terreno sagrado, quisiéramos descalzarnos y andar con precaución. Eso ocurre en el huerto de Getsemaní, donde descubrimos algo del misterio en la relación entre Dios el Padre y Jesucristo.
Para los que crecimos durante la guerra del Vietnam, sus imágenes nos evocan el horror. Si has conocido a veteranos de Nam, habrás observado que son particularmente reticentes a hablar sobre el tema.
Somos capaces de destruir aquello que más amamos y es más importante para nuestra vida. En la negación de Pedro podemos encontrar las contradicciones que todos enfrentamos.
Es curiosa la fascinación que tiene por la figura de Jesús. “Jesús te ama más de lo que nunca sabrás”, dice a Mrs. Robinson.
En Jerusalén se hacen planes para acabar con Jesús. Judas aparece como una figura clave en la entrega de Jesús a las autoridades, una traición cuyos ecos llegan a la cultura contemporánea.
Nadie puede dudar de lo genuino de la fe de Little Richard. Te parecerá poco ejemplar y contradictoria, pero no podía ser más auténtica.
Jesús da luz sobre el final de los tiempos, y lo hace a través de una historia. En medio de la noche, hay una llamada a la que tenemos que atender.
El cine captó el horror de un conflicto, que lejos de exaltar los grandes ideales, mostró la podredumbre humana.
Jesús habló sobre las cosas que habrían de venir y las señales que acompañan a su segunda venida, tema que también ha estado presente en la cultura contemporánea.
Cohen era un judío obsesionado con Jesús. Las referencias a los Evangelios llenan muchas de sus canciones desde los años 60, aunque su espiritualidad se hizo cada vez más compleja.
Jesús revela el futuro que ha de venir, y las señales que predicen lo que ha de acontecer.
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