El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
No estaría mal que, este tiempo prenavideño de Adviento, lo convirtiéramos en un gran calendario del que vamos pasando hojas que nos aproximan a la llegada del Redentor.
La Navidad nos anima a fortalecernos. Sí, a nosotros los débiles de la tierra. A eso también nos reta el tiempo navideño.
Quizás nosotros también deberíamos caminar, siguiendo al Maestro, lanza en ristre, la espada de la fe, denunciando las injusticias de los poderosos.
Diría que la iglesia y los cristianos deben posicionarse siempre en la no violencia, en la condena de cualquier acto violento.
La espiritualidad cristiana no se nutre de apariencias pietistas o esfuerzos puritanos que salvaguardan nuestra reputación cristiana.
Creo en Jesucristo, ejemplo de estilo de vida, de prioridades y de acciones de servicio al prójimo necesitado. Él nos dejó con su vida, un ejemplo para el servicio.
Tendríamos que comenzar los seguidores de Jesús por asumir los valores del Reino en su radicalidad, y sacarlos a la palestra pública.
En el fondo, orar por los políticos es orar también por el prójimo afectado por sus políticas, es orar a favor del prójimo que se va a ver favorecido o no, por estas políticas partidistas.
No nos están recordando, entrenando y animando, para que vayamos captando una identidad de creyentes con una mano tendida hacia el que nos necesita.
¿Nos comunica Dios algo a través de los desastres naturales, aunque muchos de ellos sean causa de la irresponsabilidad del hombre?
La fe puede mover los elevados y encrespados montes de las políticas injustas.
Si tienes bolsa, cógela. Coge la bolsa, hazte de provisiones, el mundo las necesita. Tu prójimo las necesita.
Todos deberíamos someternos a un autoexamen en lo referente a las enseñanzas de Jesús en éstas áreas en la línea de la acogida a los débiles del mundo.
El desequilibrio del mundo, el desigual reparto de las riquezas, la acumulación desmedida de bienes, está totalmente en contra de los valores del Reino.
El auténtico ritual debe estar avalado por el compromiso con el prójimo, con el hombre y, fundamentalmente, el hombre necesitado.
Dios escucha esos alaridos dolientes y quiere potenciarlos con su megáfono divino, pero, en muchos casos, ese nuestro Dios se encuentra con personas ensordecidas ante el sonido de su megáfono divino.
¡Cristianos del mundo: Seamos sal y luz en medio del sinsabor y de la oscuridad de un mundo injusto!
Desciende hasta tu prójimo, ese hombre que, siendo coetáneo tuyo, ha quedado apaleado y tirado en los márgenes del camino.
Las masas de población que dan la espalda al cristianismo echan de menos los auténticos compromisos de amor, misericordia y servicio de los cristianos en el mundo.
No se puede ser ciego para el hombre y creer que estamos solamente contemplando la gloria de Dios.
Nos hemos refugiado en nuestro cómodo árbol. Allí nos sentimos seguros, contemplativos y bien.
Cuando se comete el error de convertir el tiempo en una herramienta útil para la producción o, en su caso, para enriquecerse, para la ganancia y, en muchos casos, para el poseer que nos puede llevar a la avaricia, tomarse un tiempo vacacional es una necesidad vital.
Se necesita una reflexión sobre el proceso evangelizador, sobre los compromisos para evangelizar y las líneas de acción evangelística comprometida con el mundo.
La evangelización también comporta la promoción social de las personas, el cambio de los valores sociales marginantes, los estilos de vida, las prioridades, la evangelización de las culturas consumistas y el compromiso real, en acciones sociales concretas con el prójimo sufriente.
¿Podría ser que el aburrimiento de tantas y tantas iglesias aburguesadas y de espaldas al grito de los pobres y sufrientes, fuera un impulso para que muchos creyentes buscaran nuevas formas de compromiso?
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