El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
¿Son nuestros instintos naturales la mejor indicación para conocer la realidad del Evangelio y sus implicaciones en el mundo?
Es la presencia de Cristo la que cada día hace que millones de cristianos que sufren intensamente por su fe en Él, se levanten de cada tropiezo.
Cuando nos acercamos al vacío, es que Dios nos muestra el paso ya preparado.
Desde hace ya algunos años, nuestros hermanos en India, que soportan la marginación, la violencia y la mentira, pero también comprueban los milagros de provisión y protección de Dios.
Aunque se han levantado las limitaciones en algunos países de Asia Central, los creyentes siguen enfrentándose al hambre y al aislamiento.
¿Cómo los niños pueden mantenerse firmes cuándo todos a su alrededor les presionan por pertenecer a una familia cristiana?
Ante la realidad de un Dios involucrado en defender la causa del huérfano y del desvalido de esta manera, ¿qué se espera de nosotros?
Aunque seamos inducidos por las circunstancias a hipotecar el llamamiento divino para salvar nuestra integridad física o emocional, del mismo Dios que nos encomendó y por el que sufrimos llegará la ayuda.
Si pudiéramos poner el foco en un momento determinado de la historia en el que la persecución al plan de Dios fue crítica, sería en el nacimiento de Jesús.
El actual Partido de los Trabajadores de Corea del Norte ha abandonado su responsabilidad principal de proteger a sus propios ciudadanos del hambre, la opresión y la persecución. Pero Dios no lo ha hecho.
La hostilidad contra la iglesia requerirá de nosotros que nos echemos a un lado y demos paso a la oración. Que demos soluciones espirituales a problemas espirituales.
Un testimonio del corazón que siente la compasión y el amor de Cristo por las personas.
Tratar de esconder nuestros momentos más oscuros y pensar que no estamos hechos para los días difíciles, sería entonces asumir también la ausencia del poder de Dios que nos sostiene en nuestra debilidad.
Son miles los niños que padecen a causa de un mundo y una humanidad que se encuentra alejada de Dios.
Presionan a los cristianos mediante multas, aislamiento, negación de servicios comunitarios y encarcelamiento.
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