El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Su poesía exalta la dignidad del hombre y la búsqueda de Dios.
La novela ganadora en la última edición del Premio Planeta, Lejos de Luisiana, es una obra magistral y un fresco histórico sobre la aventura de España en el corazón de Norteamérica.
“Hallado y perdido a cada instante, está el nombre de Dios en la poesía de todo poeta auténtico. Y así en la de Leopoldo Panero”, escribía Dámaso Alonso.
Poesía religiosa es la que hace patente la corriente interior de hombres y mujeres, su espiritualidad, sus vivencias religiosas, su testimonio de unidad entre lo divino y lo humano hasta llegar a las alturas donde habita el Eterno.
Reintegrado a la Venezuela que siempre amó, Rafael Cadenas es creador de una obra densa y estrechamente vinculada al pensamiento filosófico.
Considerado como uno de los principales representantes de la poesía social de su tiempo, fue un gran estudioso de Cervantes, Rubén Darío, Quevedo, Unamuno y de otros gigantes de la literatura española.
En este trabajo, Carmen Alemany saca a la luz más de 170 escritos que Miguel Hernández produjo en distintas etapas de su corta vida, principalmente de su primera juventud.
Fue especialmente conocido por su libro Los muertos, “Obra donde reflexiona sobre Dios, el tiempo y el fin de la existencia humana en lucha agónica por alcanzar la inmortalidad”.
El tiempo en la Biblia es la historia de las intervenciones de Dios y el gran regalo de Dios al hombre.
Dedicado por entero a la poesía, en 1981 obtuvo el Premio Nacional de Poesía en euskera.
Carmen Hernando expresa que “la trágica andadura del siglo XX no se entendería sin la vida y la obra de intelectuales como Simone Weil Y Albert Camus”.
La poesía de Emilio del Río “se mantiene transparente a pesar del paso del tiempo –dice Enriqueta Soriano– adornada con profundidad del mensaje cristiano. Piensa que el hombre es la gloria de Dios”.
Para estos 8.000 millones de personas somos el pan espiritual que puede alimentarlos para vida eterna.
Alencart es uno de los poetas más universales que tiene la España contemporánea.
Apuntando a la torre llegó a las librerías en la primavera de 1972. Desde entonces el libro ha tenido mucho recorrido, traducido al inglés, al francés y al portugués.
“No te alejes, Dios mío, que el ala inútil siento que se derrama y hasta hueca me nace la plegaria”, escribía en uno de sus poemas.
Proust apareció como una de las creaciones literarias del siglo, retratando la vida y la sociedad francesa desde los principios de la tercera República hasta la guerra de 1914-1918.
"Dios está aquí, sobre esta mesa mía, tan revuelta de sueños y papeles", escribía Murciano.
A Saramago le interesa el componente humano que hay detrás de la vida y de la historia de Jesús. La aparición de la novela El evangelio según Jesucristo, el año 1991 despertó una gran polémica.
El malagueño escribía su artículo diario con un gran sentido de la actualidad y con unas dosis de humor que no encuentro en otros periodistas.
Según el texto bíblico, la muerte ocurre a todos. Cada uno de nosotros vivimos bajo sentencia de muerte.
La crítica la acogió con calor, colocándola en primera línea de la poesía de su tiempo y considerándola como la sucesora de Rosalía de Castro.
Mucho se ha escrito sobre la religión del fútbol. A quien cree en Dios sin preguntarse de dónde salió se le tilda de fanático. Sin embargo, la religión del fútbol produce más fanáticos que la religión de Jesús.
"¡Ay, angustia de Dios, del Dios que falta en sus ardientes, solitarias venas!", escribía en uno de sus poemas.
En el relato de Tirso, Dios pierde su carácter de Padre misericordioso y aparece como juez severo, implacable.
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