El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Usamos el nombre de Dios en vano cuando predicamos un cristianismo vacío de contenido bíblico, hueco, quietista, descafeinado y sin pasiones.
Hemos llegado a un nivel de estatismo donde todo lo que necesitamos lo reclamamos al Estado como si fuera la única fuente que garantiza nuestra existencia.
La simple frase del primer mandamiento “Yo soy el Señor tu Dios”, es el mayor desafío al neo-paganismo que nos rodea.
Son la vara de medir del comportamiento humano y la base de la ética cristiana.
El impacto de estas “diez palabras” se debe a un hecho insólito: reflejan el mismo carácter divino.
Al Dios de la Biblia y a sus seguidores siempre se les percibe como competencia y amenaza. Y la sospecha tiene fundamento: no se puede servir a dos señores.
La redención conseguida y cumplida de Jesucristo y el poder de su nombre es suficiente para que Satanás y sus demonios huyan.
A los creyentes nos conviene saber con quién nos enfrentamos y qué es lo que hace.
Al diablo le gustan los extremos: le agrada igual la exageración de su poder como la negación de su misma existencia.
¿Por qué se llevó a cabo la rebelión en el cielo? Tenemos que buscar un poco para encontrar respuestas en la Biblia.
La historia humana no se explica bien sin la realidad de las fuerzas malignas y su comandante en jefe.
La Biblia apoya claramente la idea de que la existencia e interacción de los ángeles con nuestras vidas y ministerios es una realidad.
La Biblia nos habla de una lucha espiritual: están involucrados seres invisibles de naturaleza diferente a la humana.
Esta es una pregunta muy antigua en la historia de la fe cristiana.
Los ángeles como viajeros entre dos mundos interfieren en los acontecimientos de este mundo. Y su presencia es real.
Hoy vamos a sumergirnos un poco más en este mundo de seres muy activos pero ocultados a nuestros ojos para conocerlos algo mejor.
Los ángeles son seres espirituales e inteligentes, creados como individuos y con nombre.
Jesucristo habla de ellos en muchas ocasiones. Pablo los menciona y Pedro incluso tuvo el privilegio de ser liberado por un ángel.
¿No sería el momento de apartarnos de sensacionalismos para volver a una simple y llana exégesis del texto bíblico?
Vale la pena enfocar las profecías de Jesús en Lucas y Mateo desde una perspectiva histórica bíblica y estudiar la historia de su exposición.
Hay una conexión muy importante entre la visión global de la Iglesia y lo que canta la Iglesia.
Occidente ha sido construido sobre todo por cristianos que confesaron un cristianismo que mira cara al futuro con confianza.
¿Realmente son el coronavirus, la depresión económica que viene, los cambios políticos hacia estados totalitarios y las nuevas teconologías señales de la inminente venida del anticristo?
No es que hoy por hoy nosotros estemos conquistando a la sociedad. Es justo al revés: la sociedad secular nos está conquistando a nosotros.
Cuando la verdad bíblica no se defiende y se la sustituye por una mezcla de filosofía y psicología, la Iglesia peligra.
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