Juan José Cortés
pastor evangélico de la Iglesia de Filadelfia
Juan José Cortés es pastor evangélico de la Iglesia Filadelfia (Iglesia gitana) en Andalucía.
Juan José Cortés fue elegido uno de los cien personajes del año 2008 por EL PAÍS SEMANAL. No destacó por hecho brillante alguno. Fue personaje del dolor, del sufrimiento.
Luz Sánchez-Mellado inicia un libro con su biografía (Ciudadano Cortés) narrando la tragedia. El 13 de enero de 2008 una gitanilla guapa, de grandes ojos y pelo rizado, cinco años de edad, desapareció en Huelva cuando se dirigía a realizar pequeñas compras por encargo de la madre. Era hija del pastor evangélico Juan José Cortés y de su esposa Irene Suárez. Los padres vivieron 54 días de angustia, sin noticias de la niña. El 7 de marzo el cuerpo muerto de Mari Luz fue encontrado por la policía flotando en un muelle de la ría de Huelva. Había sido arrojada al agua criminalmente. Veinte días después la policía detuvo al asesino: Santiago del Valle García, 52 años, vecino de la barriada donde residía la familia Cortés.
“A partir de entonces este padre destrozado comenzó una campaña por todo el país para que este tipo de delincuentes cumplan íntegras sus condenas. Organizó una caravana que recorrió las principales ciudades de España y recogió dos millones trescientas mil firmas por una causa justa. Su mujer y él presentaron las firmas en persona al presidente del Gobierno. Cortés fue el primer ciudadano recibido en la Moncloa como un dirigente político”.
La autora, Luz Sánchez-Mellado, es una brillante periodista que trabaja en el diario EL PAÍS. Este es su primer libro. Desde el principio cubrió el caso de la niña Mari Luz y quedó impactada por la tragedia y por la reacción de los padres. Ahora escribe un hermoso libro testimonio que nos acerca a los orígenes del dolor y nos revela la grande y profunda dimensión humana de éste pastor gitano, Juan José Cortés. Un testimonio exclusivo y emocionante. La autora convivió con la familia Cortés y su entorno con el fin de obtener información directa del protagonista.
El libro consta de tres partes, con un total de once capítulos. El primero, titulado “amor”, da noticia de la tragedia que conmovió a España, seguida de la increíble y firme reacción de Cortés: “Sólo pido justicia, no venganza. Han sido tan duros estos cincuenta y cuatro días que no le deseo ni uno solo a nadie, ni siquiera al asesino de mi hija”. Después, la inquebrantable convicción del hombre de Dios: “Mi niña vino sin esperarla, como se marchó. Fue un regalo de Dios. Ahora es un ángel. Lo más sagrado de mi casa. Hay que dejarla descansar”.
El segundo capítulo, llamado “coraje”, es más extenso. Una detallada descripción del clan de los Cortés y de la adolescencia y juventud del biografiado, sus años como jugador de fútbol – “el puesto de defensa central que le adjudicaron cuadraba con su carácter y con su físico”-, la opinión de un gerente del Recreativo de Huelva: “Nosotros tenemos a un Cortés en la cantera. Es un central con un aire a Maceda y unas hechuras de gitano que va a dar mucho que hablar. Está en cartera para el Sevilla. Ofrecen 25 millones de pesetas por él”.
Cortés confiesa que el dinero nunca le ha interesado. Ha vivido siempre pobre, pero con la suficiente dignidad para caminar por el mundo con la cabeza alta. Lo que tiene, lo que ha conseguido, ha sido producto del trabajo y del elevado sentido de responsabilidad que le caracteriza. “Fui delegado del colegio –dice-, luego maestro, de jugador de fútbol pasé a entrenador, de fiel cristiano a pastor. Siempre he querido asumir responsabilidades, luchar por mejorar”.
A la vida espiritual del pastor Cortés la autora del libro dedica páginas de una belleza sublime. Tiene el buen gusto y la generosidad literaria de apartarse silenciosamente para dejar hablar al biografiado. “A pesar de haber probado con tantas cosas, sentía en mí un vacío imposible de llenar –cuenta Cortés-. Me preguntaba: para qué sirve todo esto, todo este esfuerzo, toda esta lucha. Después de hoy viene mañana, y pasado, y otro día, y uno más. Y cuando morimos, ¿qué?.
La conversión a la fe cristiana tuvo lugar cuando el ya jugador de fútbol contaba veintiún años. Un primo le llevó al culto. Predicaba su tío Molina. “El impacto de la música, la voz y la palabra del pastor le dejaron noqueado. Vio la luz”.
Juan José lo cuenta en palabras propias: “Fue un bienestar inmediato. Una revelación. El vacío se llenó. Esa comunión colectiva, ese sentimiento de comunidad, esa sinceridad y honradez, ese darse a los demás y esa vida social tan pura me calmaron por dentro. Descubrí una vida llena de vida”.
Nacido con madera de líder, destinado a ser guía de otros, como Moisés, como Pablo, poco después de su conversión contrajo matrimonio con una joven de la misma congregación, Irene Suárez Fernández, e inició estudios para el ministerio pastoral. Una vez graduado fue enviado por los responsables de la denominación a Utrera, en la provincia de Sevilla, y de allí a la Barriada de Navidad, en Huelva. Habla la autora del libro: “Pasaron los años. Llegaron otros destinos, otros corrales, otros rebaños. Irene se hacía cargo del suyo propio. Por el camino habían nacido tres hijos. Ni el pastor ni la pastora se quejaron nunca”.
Cuando la maldad del hombre arrebata la hija a la que ambos adoraban, el matrimonio estaba al servicio de la congregación local en el barrio de El Torrejón, en Huelva. En su Iglesia lo definen como un predicador poderoso, con dominio de la oratoria. Cuando se dirige a los asistentes al culto los electriza. Domina la escena y emociona al auditorio.
El último capítulo del libro cuenta la lucha de éste padre coraje con las autoridades políticas y judiciales, siempre pidiendo que los asesinos de esa ralea no salieran de la cárcel. Iba de televisión en televisión, de un periódico a otro, del alcalde al juez, del gobernador al diputado, del ministro al presidente del Gobierno. El 29 de marzo de 2008, tres días después de la detención del asesino, el presidente Zapatero telefoneó personalmente a Juan José Cortés. Más tarde éste fue recibido por el presidente en el palacio de la Moncloa. Cortés, acompañado por su esposa, presentó a Rodríguez Zapatero dos millones trescientas mil firmas que su caravana había recogido por toda España para pedir que los asesinos como el de su hija cumplan íntegramente su condena.
El pastor Cortés ha expresado públicamente en varias ocasiones su intención de entrar en política. El tema lo recoge aquí Sánchez-Mellado. Según la autora, “los dos partidos mayoritarios en Andalucía –PSOE y PP – le han hecho propuestas en firme que el interesado no quiere precisar, pero es fácil adivinar el interés electoral, además del humano, que pueden tener los políticos”.
Preguntado al respecto, Cortés aclara: “Puede ser. La política me atrae como yo la entiendo, como herramienta para servir a los ciudadanos: aportar lo que pueda a la sociedad con la nobleza de saber hasta dónde puedo llegar”.
SUS ARTÍCULOS