Al igual que muchos otros ciudadanos europeos, algunos cristianos evangélicos ven la Unión Europea como una entidad distante que tiene poco impacto en la vida cotidiana. Otros consideran que Bruselas es parte del problema de un continente que ha abandonado sus raíces cristianas.

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Esta es la imagen general que varios líderes cristianos contactados por Evangelical Focus describen antes de las elecciones al Parlamento Europeo (6-9 de junio de 2024). A través de la campaña de comunicación #UseYourVote (usa tu voto), se está intentando animar a los ciudadanos a decidir cómo abordar retos como la guerra en el este del continente y la protección de la democracia.

La Alianza Evangélica Europea también está llamando a los cristianos a participar activamente y votar.

En una serie de artículos, trateremos sobre cómo ven estas elecciones los cristianos evangélicos de varios países. En este primero, nos preguntamos cómo perciben los cristianos de varios países la Unión Europea.

Países Bajos: “La independencia es una bendición de Dios”

“La independencia nacional se considera una bendición de Dios”, afirma Evert Van Vlastuin, periodista neerlandés que dirige la web de noticias Christian Network Europe. “La mayoría de los evangélicos de Países Bajos proceden de una tradición en la que la soberanía nacional está relacionada con la libertad de la fe protestante en 1648”, explica.

Por eso los holandeses -y especialmente los protestantes- ven “la soberanía como algo relacionado con tus convicciones más profundas, algo de lo que no te desprenderás fácilmente”.

Los partidos políticos protestantes de los Países Bajos que buscan obtener escaños en el Parlamento Europeo (Christen Unie y el SGP Reformado) suelen “hacer campaña a favor de la cooperación en Europa”, dice el periodista, “pero en contra de un monstruoso superestado europeo”. 

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En Holanda, los cristianos conservadores, incluidos los evangélicos, “siempre han estado distanciados de la UE”, señala Van Vlastuin. En la década de 2000, cuando el gobierno holandés liberalizó la eutanasia e introdujo el matrimonio homosexual, “hubo un breve momento de esperanza de que la UE pudiera ‘parar’ las mareas”. Pero con el paso de los años, “quedó claro que, dentro de Europa, el aire laicista es mucho más fuerte que las otras influencias”. Así que, “en términos de ‘rearme moral’, las expectativas son ahora bastante bajas”.

Rumanía: recelo ante las ideologías nocivas

En el otro extremo geográfico de la Unión Europea, los evangélicos parecen desconfiar aún más de la influencia de la maquinaria europea.

“En Rumanía, cada vez es más frecuente ver vídeos cortos en las redes sociales con líderes de iglesia expresando negatividad hacia la UE”, afirma Emanuel Tundrea, teólogo y pastor.

Rechazan “ideologías pecaminosas como la LGTBIQ+, proaborto, antifamilia, pornografía o corrupción”, todas ellas vinculadas a una Europa Occidental liberal que es vista como responsable de dejar atrás los valores cristianos.

El esfuerzo de muchos países en la promoción de políticas LGTBIQ+ es una “cuestión delicada, especialmente en los países más conservadores y ortodoxos”, como Rumanía. “Desgraciadamente”, dice Emanuel Tundrea, “esto da mucho pábulo a Vladimir Putin [Presidente ruso], que intenta presentarse como defensor de la familia y los valores cristianos y pinta a Occidente como una sociedad decadente... y esto funciona en muchos círculos”.

De hecho, “ya hay voces que dicen que quizá sería mejor estar protegidos de esas ideologías bajo el comunismo”, lamenta Tundrea.

Pero también hay cristianos evangélicos que ven lo positivo de formar parte de un bloque europeo unido. “Cada vez más líderes señalan la ventana de oportunidad que experimentamos: nunca hemos disfrutado de tanta libertad, y se nos anima a utilizarla para el avance del Evangelio, ya que no sabemos cuándo volverá la persecución”.

El pastor añade: “Todavía podemos predicar el Evangelio en las calles de la mayoría de los lugares, en las escuelas, en Internet y en la radio cristiana. Todavía podemos dirigir escuelas cristianas e imprimir Biblias y libros cristianos”. En Rumanía y otros países de la región, esto no siempre fue posible.

Francia e Italia: La UE parece lejana

En Francia, “los cristianos ven la Unión Europea de la misma manera que el resto de la población”, afirma Thierry Le Gall, representante del Consejo Nacional Evangélico de Francia ante el mundo político.

A pesar de ser uno de los países líderes de Europa y de tener una sede del Parlamento Europeo en su propio territorio, los franceses miran a la UE “desde la distancia, con poca visión de las decisiones que se toman en Estrasburgo o Bruselas”.

En Francia, la mayoría, también los evangélicos, “esperan que el gobierno nacional resuelva sus problemas urgentes del día a día antes de interesarse por Europa”.

Una realidad similar cuenta desde Italia René Breuel, pastor evangélico y autor afincado en Roma. “Los cristianos no suelen tener una visión bien desarrollada de la Unión Europea”, dice.

En general, los evangélicos italianos “se sienten como una pequeña minoría que debe atender a sus propias necesidades”, observa. Quizá debido a la historia reformada de muchos países del centro y el norte de Europa, algunos evangélicos de este país mediterráneo sí siguen “viendo la UE como un medio de proteger el patrimonio cultural europeo, incluidas sus raíces religiosas”. 

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