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El reconocido líder anglicano y social de Sudáfrica Desmond Tutu ha fallecido este domingo a la edad de 90 años, en Ciudad del Cabo. A Tutu hacía dos décadas que le habían diagnosticado cáncer de próstata. Su fundación ha anunciado la celebración del funeral para el próximo 1 de enero, con una ceremonia ecuménica en la catedral de San Jorge. También se ha organizado un luto de siete días en la ciudad y actividades para rendirle homenaje en su despedida.

Premio Nobel de la Paz en 1984 por su promoción de la no violencia en su lucha contra el apartheid sudafricano, Tutu dirigió el Arzobispado Anglicano de ciudad del Cabo durante diez años, entre 1986 y 1996. También recibió otros galardones importantes a nivel internacional, como el Premio Templeton, en 2013, o el Premio Internacional de Cataluña, en 2014.

Retirado de la vida pública de forma oficial desde los 79 años, Tutu además deja una vasta obra literaria, con títulos como Sin perdón no hay futuro, El libro del perdón o Esperanza y sufrimiento: sermones y discursos. A principios de este año, Tutu firmó junto con otros más de 350 líderes religiosos liberales de todo el mundo, una declaración conjunta a favor de prohibir las llamadas ‘terapias de conversión’. 

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Reconocimiento público

Diferentes líderes políticos y figuras públicas han expresado palabras de duelo tras el fallecimiento del arzobispo emérito de Ciudad del Cabo. “El fallecimiento del arzobispo emérito Desmond Tutu es otro capítulo de duelo en la despedida de nuestra nación a una generación de sudafricanos destacados que nos han legado una Sudáfrica liberada”, ha manifestado el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa.

El expresidente de los Estados Unidos Barack Obama también ha reconocido a Tutu como “un compás moral para mí y para muchos otros”. “El arzobispo Tutu se basaba en la lucha por la liberación y la justicia en su propio país, pero también estaba preocupado por la injusticia en todas partes. Nunca perdió su travieso sentido del humor ni su voluntad de encontrar humanidad en sus adversarios”, ha remarcado Obama.

El actual arzobispo anglicano de Ciudad del Cabo, Thabo Makgoba, también ha dedicado unas palabras a Tutu en un mensaje grabado en vídeo. “En público y a solas, lloraba porque sentía el dolor de la gente. Y reía, no, no solo reía, sino que reía a carcajadas cuando compartió su alegría”, ha dicho.

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Convicciones morales y sociales

En la vida de Tutu, presidente de la Comisión Verdad y Reconciliación de Sudáfrica, se pueden reconocer vínculos estrechos entre sus convicciones morales y sociales. “Todas las personas son hijas de Dios y nadie debe ser desechado como basura”, decía. “Y es por eso que debemos ser tan apasionados en nuestra oposición a la injusticia de cualquier tipo”.

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En una entrevista concedida a Religion News Service en 2011 aseguraba que “no podría haber sobrevivido si no me hubiera apoyado en mis disciplinas espirituales de oración, quietud y participación habitual en la eucaristía”.

En otra entrevista con Christianity Today Tutu daba cuenta de su visión de la confrontación y del carácter de tolerancia con el que contemplaba a aquellos que discrepaban de él. “También podemos ser intolerantes. El activismo puede significar descartar a aquellos que tienen un punto de vista diferente por estar más allá de los límites. Cuando nos identificamos con una buena causa, también debemos tener la distancia adecuada de ella y mantener el respeto por los del otro lado”, aseguraba.

En 2014, durante su visita a Barcelona para recoger el Premio Internacional de Cataluña, Tutu fue entrevistado por la etnomusicóloga Carla Suárez. “Habría sido muy difícil para la gente perdonar si no fuera por su fe”, compartió el líder sudafricano entonces, refiriéndose al proceso de transición del régimen de apartheid a la democracia.