El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Varios europarlamentarios han solicitado a la Comisión Europea que atienda al caso de la familia cuyos cinco hijos han sido separados de sus padres por los servicios sociales noruegos.
Varios europarlamentarios han solicitado a la Comisión Europea que atienda al caso de la familia cuyos cinco hijos han sido separados de sus padres por los servicios sociales noruegos.
Varios políticos de altas instancias en Rumanía están implicándose en el caso de la familia Bodnariu, que ha movilizado a miles de personas en las últimas semanas frente a las embajadas de Noruega en catorce países.
Como ha informado Protestante Digital, el matrimonio formado por Marius y Ruth Bodnariu -él de origen rumano, ella noruega- perdió en noviembre la custodia de sus cinco hijos de forma repentina, al intervenir los servicios sociales de Noruega, el Barnevernet.
Las autoridades nórdicas apenas han dado explicaciones sobre el caso, aunque el Ministro Consejero de la embajada noruega en España explicaba a este medio que la institución “siempre busca la protección del niño y su desarrollo en un entorno adecuado”.
PRESIÓN CIUDADANA
Amigos y familiares de Marius Bodnariu se han movilizado en las últimas semanas, convocando manifestaciones frente a las embajadas noruegas que han contado con un amplio apoyo entre la comunidad evangélica, pidiendo que la familia vuelva a ser reunida, ante una situación que consideran discriminatoria y dañina para la estabilidad de los niños, los cuales han sido repartidos en tres familias de acogida distintas hasta que se resuelva qué pasará con ellos, el próximo mes de febrero.
Las manifestaciones han tenido un impacto visible y también una reacción política, sobre todo en Rumanía, donde entidades y organizaciones están trabajando para intentar resolver la situación.
EL CASO LLEGA A LA UE
La eurodiputada socialista Maria Grapini pidió a la Comisión Europea que defienda los derechos de las familias europeas que viven fuera de sus países de origen.
“En mi país, la familia es muy importante. Tanto el caso de los Bodnariu como otros similares de familias rumanas que viven en Noruega han dado la vuelta al mundo ante la actuación de las autoridades”, dijo Grapini. La eurodiputada ha pedido a la Comisión que se defienda a los ciudadanos en conformidad con la Carta de Derechos Fundamentales de la Niñez y que se pida a las autoridades noruegas que trabaje para la reunificación familiar de Bodnariu.
“Las autoridades noruegas han recurrido a la última medida posible: se llevaron a sus hijos sin una investigación, ni supervisión, ni evaluación social”, expresó Grapini criticando la actuación del Barnevernet.
Otros dos eurodiputados, Daciana Sarbu y Ioan Mircea Pascu, han pedido a la Comisaría Europea de Justicia que atienda el caso Bodnariu y revise los protocolos de actuación de Noruega. “La violencia contra los niños es una forma terrible de abuso, pero al mismo tiempo, la separación de los niños de sus familias, especialmente a una edad muy joven, es una experiencia traumática. Necesitamos mecanismos para proteger a los niños siendo equilibrados y teniendo en cuenta todos estos factores, y las instituciones europeas deben garantizar que Noruega protege a los niños buscando realmente su bienestar”, expresaron los eurodiputados en una carta.
NEGOCIACIONES ENTRE GOBIERNOS
Por su parte el ministro de exteriores rumano, Lazar Comanescu, ha expresado que mantiene negociaciones con el gobierno noruego, aunque en torno al caso ha pedido “discreción”. “Los ministerios noruego y rumano están trabajando junto. Contamos con todas las garantías de nuestros interlocutores noruegos de que las leyes está siendo debidamente observadas. Por supuesto, podemos discutir sobre esto -y nuestros socios noruegos de acuerdo- de que puede haber áreas mejorables, pero este proceso requiere tiempo y hay que tener en cuenta la normativa vigente”, expresó en una entrevista en la televisión pública rumana.
Se han cumplido ya dos meses desde que los hijos de Ruth y Marius Bodnariu fueron llevados por la Barnevernet con tres familias de acogida. En estos momentos sólo la madre puede ver a sus hijos unas horas a la semana, mientras que el padre sólo puede ver al bebé, de sólo dos meses de edad.
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