“Berlusconi ha traído decadencia moral a la sociedad italiana”

El ex primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi está dispuesto a volver a la política nacional. El máximo tribunal del país confirmó la semana pasada la absolución de Berlusconi, acusado de haber pagado por tener relaciones sexuales con una menor de edad en una fiesta y luego abusar de su cargo de primer ministro para encubrirlo.

Estos casos habían recibido mucha cobertura mediática internacional, hasta que el Tribunal Supremo de Casación (el más alto tribunal de apelación en Italia) confirmó la absolución de Berlusconi por sus dos cargos: la prostitución infantil y la corrupción, explicó Stefano Bogliolo, miembro de la junta de la Alianza Evangélica de Italia (AEI).

“De acuerdo con los jueces, no se probó que Berlusconi conocía la edad real de Karima El-Mahroug (conocida como 'Rubí'), la chica con la que pagó para tener relaciones. En el segundo caso, la absolución, según algunos comentaristas, se debió a los cambios recientes en la ley contra la corrupción, que dividieron a la ofensiva en dos: coacción e inducción”.

Berlusconi es uno de los empresarios más ricos del país, al ser dueño de un imperio mediático que le ha ayudado a convertirse en una de las figuras más influyentes de Europa. Es el presidente de Mediaset, a la que pertenecen televisiones españolas como Cuatro o Telecinco. Además ha sido primer ministro de Italia en tres períodos diferentes: 1994-1995, 2001-2006 y 2008-2011.

Stefano Bogliolo, pastor y portavoz de la AEI, explica a Evangelical Focus cómo perciben a esta figura tan polémica e importante en Italia.

Pregunta. ¿Crees que Berlusconi debería seguir participando en la política nacional?

Stefano Bogliolo.

 Respuesta. No creo que el perfil de Berlusconi lo haga merecedor de representar las instituciones italianas con dignidad. A pesar de la absolución de los dos cargos antes mencionados, el mismo juez ha demostrado que en el curso de las llamadas “cenas elegantes”, hubo prostitución (aunque esto no es un crimen).

Sin embargo, otros procedimientos penales contra el ex primer ministro aún están pendientes. Y una de ellas tiene que ver con la acusación de que Berlusconi pagó algunas chicas (y aún lo hace), a fin de que mientan acerca de lo que realmente sucedió en aquellos encuentros.

P. ¿Qué nos dice la figura de Berlusconi sobre la ética y la moralidad en la sociedad italiana?

R. Desafortunadamente, Italia, como todos los demás países occidentales en los últimos años, ha sufrido un colapso en cuanto a la moral de la sociedad. Sobre todo por el ejemplo de los representantes de las instituciones, entre los que Berlusconi es el más famoso.

Él no sólo ha tenido un comportamiento inmoral, sino que a través de sus cadenas de televisión ha inundado las casas de los italianos con espectáculos inmorales, algo que hace desde principios de los 80, contribuyendo a la decadencia moral de la sociedad italiana.

P: ¿Qué piensan los evangélicos de la forma de hacer política de Berlusconi?

R. Muchos evangélicos votaron por Berlusconi porque creían que era el mal menor. Pensaban que sería cabeza de una coalición de centro-derecha que podría haber protegido los mismos valores que defienden los cristianos, que podría haber frenado los intentos de los partidos de izquierda de introducir el matrimonio homosexual, la eutanasia, la liberalización de las drogas blandas... Pero no estoy del todo seguro de que puede haber muchos evangélicos hoy que todavía piensen de esa manera, y que estén dispuestos a votar por él.

Aparte de las consideraciones morales, lo que realmente necesitamos es que los evangélicos entiendan la importancia de ser “sal y luz” en la sociedad, comprometiéndose a la oración y para alentar a las personas con vocación en la plaza pública, que pueden influir en la sociedad con el Evangelio. Hasta que lleguemos a ese punto, siempre vamos a hacer frente a las mismas situaciones. Ser indiferente y delegar todo a otras personas no es una actitud cristiana.