Cristianos piden protección ante la violencia talibán

El doble atentado suicida que provocó al menos 14 víctimas mortales y 78 heridos en las cercanías de dos iglesias cristianas en Youhanabad (Lahore) movilizaron a la comunidad cristiana en Pakistán, que salió a las calles el domingo por la tarde y este lunes clamando por justicia y pidiendo al Gobierno un mayor esfuerzo en la protección de las minorías.

El ministro de interior Chaudrhy Ali Khan pidió calma y “no tomar la ley por su mano” ante las denuncias de violencia en algunas de las protestas, principalmente en Youhanabad, la localidad con una presencia cristiana más numerosa en Lahore. Las escuelas cristianas no han abierto sus puertas hoy en señal de duelo.

Según informaron los pastores de una de las iglesias atacadas, habían recibido amenazas desde hace tres meses pero la policía no proporcionó una protección adicional.

DISTURBIOS

La ira se ha extendido a las calles después de las atrocidades. Según Pakistan Today un grupo enfurecido ha atacado a varias personas a quienes acusaban del ataque. Dos de los sospechosos fueron torturados y quemados hasta la muerte en la carretera Ferozepur, según este medio.

Por otra parte, los cristianos han dicho que la policía ha reprimido las protestas de forma violenta. El Padre Gulzar de la Iglesia Católica atacada el domingo, culpó a las autoridades de los disturbios en las protestas. Cuatro hombres cristianos murieron en las protestas.

Algunos líderes religiosos están advirtiendo del peligro de una escalada de violencia y han pedido asimismo a los medios de comunicación locales que sean prudentes en la publicación de información que consideran poco veraz.

DISCURSO DE ODIO

Wilson Chowdhry, presidente de la Asociación Cristian Británica Paquistaní, dijo que “la situación es muy preocupante para los cristianos, que son culpados falsamente (…) de actos violentos en un lugar relativamente pacífico. Nos preocupa que la violencia se intensificará teniendo en cuenta que no se impide que desde las mezquitas se enarbole un discurso de odio”.

“Es imperativo que las iglesias oren por la situación actual. Necesitamos la intervención divina para que la paz sea restaurada a corto plazo”, expresó Chowdhry.

UN ATAQUE TERRIBLE

La Iglesia de Cristo, protestante, fue la primera en ser atacada el domingo. “El culto de la iglesia estaba a punto de terminar – cuenta el pastor de la iglesia, Ashknaz - cuando escuchamos 12 o 13 disparos desde la puerta principal y en cuestión de segundos una fuerte explosión destrozó los cristales de las ventanas de la iglesia. De inmediato la gente se abalanzó hacia la puerta trasera de la iglesia”.

Los informes sugieren que la cifra de muertos habría sido mucho mayor si no fuera por las acciones valientes de un equipo voluntario de seguridad y unos agentes de policía, que descubrieron a los terroristas y les impidieron entrar en la iglesia.

Maryam Bibi, una joven miembro de la Iglesia de Cristo, contaba que “tan pronto como terminó el culto pude oír armas disparando (…) Poco después se produjo la explosión en la puerta y vi pedazos de carne y hueso pulverizado por todo el edificio. Dondequiera que miraba había cristales de las ventanas, sangre y zapatos esparcidos”.

Muchas de las víctimas heridas fueron trasladadas al Hospital General de Lahore y dados de alta con heridas leves. Sin embargo, al menos 35 fueron ingresados en condiciones críticas.

La Iglesia Católica de San Juan fue el segundo edificio en ser atacado, y aquí también muchas vidas fueron salvadas por las acciones de un voluntario, Zahid Yousaf, de 45 años de edad.

Este luchó contra un terrorista cargado de explosivos en el suelo y luego falleció tras recibir disparos. Al menos 1.200 cristianos estaban en la iglesia en el momento del ataque. Otro joven cristiano impidió a otro terrorista entrar en el edificio.

EL TERRORISMO TALIBÁN, AMENAZA CRECIENTE

Un grupo escindido de los talibanes paquistaníes (TTP), Jamaat-ur-Ahrar, se atribuyó la responsabilidad de ambos ataques.

Un portavoz de la facción talibán amenazó con más ataques “hasta que un sistema islámico se ponga en marcha en Pakistán. Si los gobernantes de Pakistán creen que nos pueden parar, deben tratar de hacerlo”, agregó.

Wilson Chowdhry, considera que “este último ataque a una comunidad cristiana inocente es sintomática del odio y la difamación que los cristianos y otras minorías enfrentan en Pakistán. Me duele el corazón por mis hermanos y hermanas en Pakistán que son sometidos a tal persecución extrema. La Iglesia global tiene que defender a esta comunidad que no tiene voz y su sufrimiento empeora cada vez más”.