El terror en Irak provoca otro éxodo masivo de cristianos

“El 99 por ciento de los cristianos han dejado Mosul”, cuenta el pastor Haitham Jazrawi de la iglesia evangélica en Kirkuk. No es una excepción: los cristianos están viéndose obligados a huir para salvar sus vidas ante el conflicto que se cierne en la zona.

El Estado Islámico de Irak y Levante es una rama islámica sunita con sede en Siria e Irak, que se hizo cargo de Mosul (con una población de 1,8 millones) a principios de este mes, según informa la BBC.

Los cristianos de la ciudad, unos tres mil, han huido para salvar su vida.

Todo Iraq está bajo un estado de alerta. Mosul se encuentra en un estado de “anarquía”, con patrullas armadas en las calles y familias atrincheradas en las casas.

“Las cosas están muy mal en Irak, peor que nunca”, escribe Andrew White, vicario de la Iglesia Anglicana de San Jorge en Bagdad. “Los terroristas islámicos han tomado el control de Mosul, que es el principal bastión cristiano en la zona. Incluso el ejército ha huido. Necesitamos urgentemente ayuda y apoyo... Estamos en una crisis desesperada”.

El grupo terrorista quiere derrocar a los gobiernos de Irak y Siria y establecer un califato sunita en el Medio Oriente. Según informa Middle East Concern, “Mosul y la llanura de Nínive es el corazón tradicional de las comunidades cristianas de Irak. Muchos cristianos huyeron a esta región cuando se vieron obligados a abandonar Bagdad y otras áreas en los últimos años. Los cristianos están alarmados por la toma de Mosul, temerosos de que esto acelere aún más la disminución de la presencia cristiana en Irak”.

La población cristiana de Irak se ha reducido en los últimos años de 1,2 millones a principios de 1990 a un estimado de 300.000 antes de los ataques más recientes. Los refugiados cristianos huyen a áreas circundantes y algunos a áreas lejanas como Europa.

A causa de la inestabilidad, los cristianos de Mosul pasaron de 35.000 a 3.000 en los últimos años. Ahora, esos 3.000 que quedaban también han huido. El Estado Islámico de Irak y Levante es conocido por imponer multas y exigencias a los cristianos, como obligarlos a tener reuniones sólo a puerta cerrada de forma que no sea visible ni audible para los musulmanes.