Un equipo de cinco personas de la Iglesia Cristiana Evangélica de Palma de Mallorca (conocida comúnmente como Iglesia de Murillo) y pastoreada por el pastor Miguel Navarro, visitó Macedonia desde el 19 de noviembre hasta el 5 de diciembre.
Visitaron cinco ciudades del país balcánico: Kumanovo, Skopje, Bitola, Prlep y Ohrij y en cada una de ellas se reunieron con pastores de diferentes denominaciones.
El motivo de esta visita era comprobar en terreno la situación de la iglesia evangélica en Macedonia. Uno de los miembros de la iglesia mallorquina, Vangel Macowsky, procede de este país y sirvió de contacto.
“En la conversación sostenida con los pastores y hermanos se pudo percibir un
ambiente de pesimismo debido a los altos niveles de desempleo en el país -comentan en la crónica del viaje desde la Iglesia de Palma-. Pero también era recurrente la queja de por qué los ministerios cristianos invierten más en países vecinos que en la propia Macedonia. Ven cómo los recursos espirituales y financieros son desviados hacia otros lugares soslayando a su país”.
UN LUGAR DONDE INVERTIR
La conclusión era que por el momento
Macedonia es un país para invertir, para entregar, para dar y sembrar sin medida, y no para estrujar o quitar la poca riqueza espiritual y material que poseen. “En medio de tanto ministerio actual ávido de riquezas, éste no es un lugar próspero para cosechar”, agregan.
Por eso se manifestaban felices de recibir la visita.
“Es un hecho histórico”, decía un pastor y teólogo de la ciudad de Bitola. Porque, confesó, es la primera vez desde que pastorea iglesias en aquel lugar que una iglesia extranjera se preocupa de visitar a las de Macedonia y de comprobar en terreno la situación de las mismas. Esto nunca se había realizado, excepto entre las de la misma congregación, pero nunca una visita que abarque a iglesias de diferentes congregaciones.
ENTRE LA OPRESIÓN ORTODOXA Y LA AMENAZA ISLÁMICA
La iglesia evangélica en Macedonia se encuentra en una sociedad polarizada en cuanto a creencias religiosas. Es por ello que los pastores realizan esfuerzos a diario para compaginar su llamado pastoral con la vida familiar, llegando en ocasiones a realizar verdaderos sacrificios para no abandonar a los pocos miembros de
“ser presas del acechante, constante y peligroso llamado de la iglesia ortodoxa y del integrismo islámico, presentes en cada esquina aquí en Macedonia”.
“Aquí, en nuestro país el convertirse a Cristo es una cuestión de dureza de corazón. Allí, en ocasiones, es una cuestión de vida o muerte”, dice el equipo misionero.
La escasa presencia evangélica también les ha llevado a vivir en cierto ostracismo social.
“La anti propaganda que usan en contra de nuestros hermanos es constante y poderosa”, explican. Cada cierto tiempo y haciendo uso de los periódicos y televisión, los líderes ortodoxos se encargan de publicar artículos o declarar proclamas desacreditando a las iglesias evangélicas de Macedonia. “Frases tales como 'Son vampiros' o 'Las sectas evangélicas son peligrosas para este país', 'Aquel que abandone la fe ortodoxa es un traidor a Macedonia', o 'Ser ortodoxo es ser macedonio y ser macedonio es ser ortodoxo', declaran el espíritu anti tolerante de la iglesia oficial”.
NECESIDADES
Las iglesias evangélicas, sin embargo, continúan con su labor con ánimo. El viaje de hermanos extranjeros, en este caso españoles, fue celebrada en cada iglesia y hogar que visitaban. “Ellos anhelan sentirse apoyados de forma más constante desde afuera, ya que necesitan este aliento espiritual para llevar adelante el evangelio en medio de esta nación, atada a la idolatría y paganismo milenarios”, comunica la misión mallorquina.
A pesar del hostil ambiente que les rodea, los pastores y hermanos tienen una amplísima visión para este país.
Uno de los pastores con quienes compartieron decía: “Mi sueño es que un día Macedonia vuelva a ser cristiana”.
La pequeña comunidad evangélica quiso transmitir algunas peticiones a sus hermanos. En primer lugar, “mucha ayuda espiritual, especialmente oración, maestros y gente que apoye a la iglesia macedonia con sus dones y talentos”. También insistieron en la necesidad de que vayan “hermanos desde España a trabajar entre la gente de allí, pues piensan que un extranjero puede hacer mucho más en medio de ellos”. Y finalmente, que “las visitas no sean esporádicas”, porque esto les anima a continuar con la obra.
Por su parte, el equipo misionero de la iglesia de Palma comparte la sensación de que este ha sido “un viaje enriquecedor y espiritualmente muy provechoso, no sólo para ellos que iban con la misión de estudiar en terreno el estado de las iglesias, sino que también para los hermanos en la fe en Macedonia”.
Por eso
ya preparan un segundo equipo más grande para noviembre del 2014, con el cual irán para ayudar a construir y reparar iglesias, casas de hermanos o vecinos o dar la ayuda social que sea necesaria.
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