Dos días antes de Navidad, el pastor Tito, de Cimahi (Java Occidental), estaba todavía muy alterado como para hablar de los acontecimientos que llevaron al cierre de su iglesia.
El pastor de la iglesia Isa Almasih dijo que había empezado a sospechar de todos, incluyendo al periodista que vino de Yakarta para reunirse con él.
“Los policías Bandung siempre me llaman por teléfono”, dijo a Morning Star News. “Tengo miedo de mi propia sombra”.
El gobierno municipal de Cimahi selló el edificio de la iglesia, ubicada en una subdivisión de vivienda, el pasado 13 de diciembre
con un cartel colgado en la puerta de entrada que indica: “Este edificio es una residencia y no podrá ser utilizado para servicios de adoración o actividades similares”.
Los líderes de la iglesia
hace mucho tiempo habían solicitado un permiso, que había sido retardado por la burocracia, como sucede comúnmente a los cristianos en Indonesia. El edificio había sido utilizado para el culto durante décadas y sin ninguna objeción por parte de la comunidad.
Se trata de un edificio de 2.000 metros cuadrados, preparado para celebrar los cultos sin que esto interfiera a la normalidad de la vida de los vecinos. Sin embargo, el 1 de diciembre una turba de 200 musulmanes se reunieron y exigió que cesara el uso del lugar para cultos cristianos.
El 8 de diciembre, un grupo de unos 500 musulmanes se presentó afirmando que el edificio incumplía las normas para celebrar cultos. La semana siguiente, el gobierno local prohibía su acceso.
A pesar de la frustración, el pastor Tito continúa con el trabajo en el ministerio, en este caso centrándose en las visitas y las reuniones en casas con grupos más reducidos, que han conformado entre los 200 miembros de la congregación.
Mientras, el pastor espera poner oposición legal ante lo que considera un ataque a la libertad religiosa. Dijo que se sentía frustrado porque el gobierno es inconsistente en el seguimiento de las garantías, sino que se inclina ante las presiones de los que actúan en contra de la Constitución. Dijo que mantiene la esperanza de que el edificio de la iglesia recibirá un permiso y que el sello se quitará rápidamente.
SILENCIO EN NAVIDAD
En Bandung, Java Occidental, la Iglesia Protestante Batak Karo (GBKP ) también estaba en silencio las noches previas a la Navidad .
Normalmente las iglesias están llenas de vida en las noches anteriores a la Navidad. Sin embargo
la noche del 23 de diciembre no había actividad en esta iglesia, a causa de las presiones locales para que cierre sus puertas.
Desde el pasado 27 de enero, la iglesia está clausurada.
El pastor Sura Purba Saputra cuenta que suspendieron las reuniones después de que 1.000 musulmanes de la línea más dura del Movimiento Reformista Islámico hicieran una protesta contra la iglesia. La Policía local acompañaba a la multitud y poco después prohibía las reuniones por falta de permiso para realizar cultos en su interior.
Desde entonces, el edificio de dos pisos con capacidad para 300 personas no se ha utilizado para el culto dominical. El pastor Saputra no quiso firmar la orden de notificación de cierre, pero sí ha aceptado el cierre en un documento que le exigía la Policía.
El pastor cuenta que desde el principio de la obra en el lugar tuvieron buenas relaciones con la población. “La Iglesia incluso dio la ayuda a la población local”, cuenta Saputra, que comenzó a servir a la congregación en 2009.
Mientras trabajaban en la obtención de un permiso, la iglesia comenzó a construir un edificio permanente en enero de 2011, ya que hasta entonces se reunían en una carpa. El edificio fue terminado y dedicado el 26 de agosto de 2012.
Apenas cinco meses después de que el edificio fuese finalmente terminado, una turba de 1000 personas se manifestaron en contra de la instalación, y poco después se produjo el cierre.
Saputra dice que continúan trabajando en la obtención de un permiso, que se retrasa debido a las presiones y la influencia musulmana en las autoridades locales.
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