Un informe elaborado por una comisión de Obispos de la Iglesia Anglicana recomienda abrir caminos que permitan la “bendición” de las uniones homosexuales civiles.
El grupo de trabajo sobre sexualidad humana, encabezado por el obispo Joseph Pilling, ha elaborado un documento que se presentará ante la Cámara de Obispos el próximo mes, que decidirá hasta qué punto se aplicará a la práctica de la Iglesia Anglicana.
El informe
no plantea ningún cambio en cuanto a la enseñanza de la Iglesia sobre conducta sexual; sin embargo, sí anima a afrontar una pastoral acorde a los tiempos. Aunque no habla de “bendecir” las relaciones homosexuales, Joseph Pilling admitió que esta era una de las consecuencias obvias de la aplicación de las recomendaciones del informe.
El documento entona una
clara denuncia de la homofobia y llama al arrepentimiento dentro de la Iglesia anglicana, y anima además a que no se deje de lado el debate sobre sexualidad humana, que consideran necesario.
Para los obispos encargados de realizar el informe, “las trabas de la Iglesia Anglicana en estos temas se están convirtiendo en un escándalo cada vez mayor para muchos y... un reto masivo para la misión”.
OBSERVACIONES
El documento expresa varias
inquietudes sobre la enseñanza de la doctrina contraria a las relaciones homosexuales que mantiene la Iglesia anglicana.
Primero,
señala que esta enseñanza “es profundamente desagradable para aquellos que no están en la Iglesia anglicana y, por tanto, es un serio impedimento para la misión”.
Agregan también que “la oposición a las relaciones de gays y lesbianas no son simplemente un problema para la mayoría de los jóvenes”, sino para la mayoría de la población.
Critican a la Iglesia por alentar una cultura de “falta de honradez” al aplicar la disciplina “de manera uniforme” que ha sido “especialmente dura” para los afectados.
Además
consideran que las opiniones de “grupos conservadores y miembros individuales de la congregación están impidiendo a las autoridades eclesiásticas nombrar a gays y lesbianas en puestos eclesiales con la misma libertad que lo hacen las organizaciones seculares”.
Afirman que “la enseñanza actual de la Iglesia Anglicana era útil para las personas con atracción hacia el mismo sexo, que creen que la Escritura prohibía las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, ya que les ayudó a resistir la tentación sexual. Ellos verían como una traición que la Iglesia Anglicana tomase una dirección más permisiva”.
Como resultado de la diversidad de opiniones
, el informe recomienda no hacer ningún cambio en la enseñanza general de la Iglesia sobre la homosexualidad. “Todas las recomendaciones están sujetas a un período de consultas, realizado sin excesiva prisa, pero con un sentido de urgencia, tal vez durante un período de dos años”.
“BENDICIÓN” DE UNIONES HOMOSEXUALES
Sobre la posibilidad de permitir las bendiciones de uniones homosexuales,
Joseph Pilling comentó que “si un pastor y un obispo consensúan que una pareja en una relación permanente, fiel y estable, dentro de un acto civil dicen que les gustaría presentar su relación en un acto de culto público, debería ser posible”.
El informe
no recomienda que la Iglesia de Inglaterra autorice una liturgia formal para este tipo de servicios, dado que hasta el momento la Iglesia no se compromete a “alguna modificación de su enseñanza actual”. No obstante, se sugiere a los obispos que consideren la formulación de directrices para el clero sobre la forma en la que se podría dirigir un servicio. Afirma que “este tipo de culto no debe ser confundido con el culto de matrimonio”.
SIN CAMBIOS EN LA DOCTRINA
El informe contiene una larga exploración de la evidencia sobre la sexualidad en las Escrituras y la evidencia científica. En su conclusión,
el informe señala : “En el ámbito de la doctrina declarada, estamos de acuerdo en que no hay consenso suficiente para cambiar la enseñanza de la Iglesia sobre la sexualidad humana”.
La postura actual de Inglaterra es que
aquellos que no están casados deben practicar la abstinencia. La Resolución I.10 de la Conferencia de Lambeth de 1998 describe
la práctica homosexual como “incompatible con las Escrituras”. Una declaración pastoral emitida por la Cámara de Obispos en 2005 , declaró: “La Iglesia Anglicana no debe proporcionar servicios de bendición para aquellos que se registren como pareja de hecho”. Pero también dice: “Cuando el clero es abordado por personas que piden oración en relación con entrar en una unión civil, deben responder pastoralmente y con sensibilidad a la luz de las circunstancias de cada caso”.
Joseph Pilling reconoció que algunos clérigos ya estaban llevando a cabo los servicios previstos en el informe. “Creo que está ocurriendo de manera limitada en algunas iglesias, pero que está sucediendo en contra de las directrices oficiales”, expresó.
Pilling
entiende que la recomendación se refiere a un “ajuste pastoral”. Una respuesta pastoral “humana y con integridad personal” no es lo mismo que decir que la persona esté haciendo lo correcto.
El grupo Pilling fue establecido por la Cámara de Obispos en 2012 para revisar la Declaración Pastoral de 2005 sobre las uniones civiles y reflexionar sobre las discusiones que habían tenido lugar desde la Conferencia de Lambeth de 1998, comprometiéndose a escuchar la experiencia de las personas gays y lesbianas. El grupo era pequeño y episcopal, formado por los Obispos de Gloucester, Birkenhead, Ebbsfleet y Warwick.
SIN UNANIMIDAD
El informe no es unánime.
Contiene un apéndice disidente del Obispo de Birkenhead, Keith Sinclair, un evangélico conservador, que advierte: “la trayectoria en el informe socavará el discipulado y el cuidado pastoral de muchos cristianos fieles y, por dirigir a la iglesia en la dirección del cautiverio cultural contra los que advierten gran parte de los escritos proféticos, debilitan nuestro compromiso con la misión de Dios”.
La Cámara de Obispos se reunirá el próximo mes, y el Colegio de los Obispos, el mes siguiente, para examinar el informe.
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