Uno de los lugares emblemáticos de Jerusalén, el Cementerio protestante Monte Sión, fue atacado esta semana por un grupo de vándalos, que destrozaron varias tumbas, algunas de un gran valor histórico.
El ataque ha tocado una fibra sensible entre los cristianos en Jerusalén, dado que algunas de las tumbas pertenecen a personajes importantes de la historia de la ciudad desde el siglo XIX.
A pesar de que las relaciones entre los líderes religiosos y las autoridades es considerada buena, y la policía está haciendo un esfuerzo por proteger estos lugares, los ataques de este tipo han aumentado en los últimos años, unido a un aumento en la radicalización del discurso de algunas ramas del judaísmo ultraortodoxo.
Hosam Naoum, cuidador del cementerio protestante, lamentaba el ataque. “Ningún ser humano estaría de acuerdo con esto”, expresó, pidiendo a las autoridades que aumenten los esfuerzos para garantizar la seguridad.
SOSPECHAS DE CUATRO JÓVENES ULTRAORTODOXOS
La policía arrestó inicialmente a cuatro jóvenes israelíes de Cisjordania, supuestamente relacionados con el ataque. Los cuatro, sin embargo, fueron puestos en libertad sin cargos, a la espera de un nuevo interrogatorio.
Dos de los sospechosos tenían ya antecedentes de acciones similares.
Al parecer estaban conectados con “Jóvenes de la colina”, un movimiento de extremistas judíos jóvenes relacionados por una serie de ataques en los últimos años a mezquitas, lugares cristianos y propiedades del ejército israelí.
Los cuatro sospechosos alegaron que habían entrado en el cementerio para “realizar un baño ritual”, según la prensa local. Los medios también identificaron a dos de los sospechosos como estudiantes en un seminario judío cercano, conocido por sus puntos de vista ultranacionalistas.
Naoum dijo que informará de los hechos a las embajadas alemanas y británicas, que tienen representantes en el consejo de administración cementerio, así como al arzobispo de Canterbury.
El ataque se suma a una lista de sitios cristianos de alto perfil que han sido objeto de vandalismo en el último año. Entre estos se incluye un monasterio trapense en Latrun, fuera de Jerusalén -donde los vándalos quemaron una puerta y pintaron con aerosol “Jesús es un mono”- y otros edificios centenarios, entre ellos una iglesia Bautista en Jerusalén, así como otros monasterios. Algunos religiosos denuncian que han sido escupidos por estudiantes religiosos ultraortodoxos mientras caminaban por la Ciudad Vieja de Jerusalén, cuando llevaban cruces en lugares visibles o sotanas.
AUMENTA EL VANDALISMO RELIGIOSO
Los cristianos de Israel representan un 2 por ciento de la población (de unos ocho millones), suma que alcanza sobre todo debido a la suma de católico romanos, protestantes y otros ortodoxos cristianos. Alrededor de tres cuartas partes de ellos son árabes, y muchos otros llegaron durante una ola de inmigración procedente de países de la ex Unión Soviética. Decenas de miles de trabajadores extranjeros en Israel son también cristianos.
En los últimos tres años se han registrado 17 ataques a lugares cristianos en Tierra Santa, según el informe de Search for Common Ground, un grupo no gubernamental que supervisa los informes en prensa de los ataques a lugares religiosos.
El investigador Kevin Merkelz, miembro del grupo, considera que los ataques son muchos más, pero que no todos llegan a trascender a la prensa.
POCAS DENUNCIAS
“Los cristianos que están aquí todavía prefieren mantener un perfil bajo cuando son atacados”, dijo Merkelz.
A menudo, los líderes tienen miedo de quejarse a la policía, debido a que muchos residen en Israel con visas especiales y desean mantener buenas relaciones con las autoridades, explicó Hana Bendcowsky, del Centro de Jerusalén para las Relaciones Judeo-Cristianas. “Hay un sentir de que la policía no está haciendo lo suficiente”, dijo.
Rosenfeld , portavoz de la policía, aseguró que la autoridad israelí se está esforzando. Ha creado recientemente un grupo de trabajo para combatir los delitos motivados por “nacionalismo”, y la semana pasada arrestaron a 14 jóvenes en relación con ataques a árabes.
Además la policía está llevando a cabo más patrullas en torno a los lugares “sagrados” y están considerando la instalación de cámaras de seguridad para protegerlos. También afirmó que el número de ataques contra sitios cristianos sigue siendo relativamente bajo.
El sacerdote Pierbattista Pizzaballa, uno de los altos funcionarios de la Iglesia Católica Romana en Tierra Santa, considera que tales ataques “se han convertido en rutinarios”. Los que atacan son “extremistas que van en contra del espíritu de tolerancia. También es cierto que son condenados con firmeza por la comunidad mayoritaria judía”.
Naoum, cuidador del cementerio, contó que un grupo de 150 figuras relevantes de la religión judía realizaron una visita de solidaridad al cementerio esta semana.
UN LUGAR CON HISTORIA
Entre las
tumbas destrozadas se encuentran célebres habitantes de la historia reciente de la ciudad. Como el caso de la tumba de Johann Ludwig Schneller , fundador de un orfanato y la imprenta más avanzada en Jerusalén en el siglo 19. También se dañó la tumba de Edmund Schmidt, el cónsul general alemán a principios del siglo 20. La tumba de Fernand Vester, quien construyó la casa donde se encuentra el Consulado General de EEUU en Jerusalén, y que se relaciona con los fundadores del legendario American Colony Hotel, también sufrió daños.
El cementerio
es “un microcosmos de la historia de Jerusalén desde el año 1830 hasta el presente”, dijo Amnon Ramon, experto en cristianismo del Instituto de Jerusalén para Estudios de Israel.
“Siempre ha habido una lucha religiosa que rodea a los cementerios de Jerusalén”, expresó la investigadora israelí Nirit Shalev-Khalifa. “Pero esta es una batalla más por la Jerusalén celestial”, dijo ella. “Puedes combatir a los vivos, pero a veces es más fácil tratar con los muertos”.
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