Amenazas entre Rusia y EEUU en torno al conflicto sirio

La pasada semana el Consejo de Seguridad de la ONU no pudo ponerse de acuerdo en cuanto a una reclamación de investigación oficial del supuesto ataque con armas químicas, a la que China y Rusia se opusieron. Desde entonces, sin embargo, la presión internacional ha hecho efecto para que el gobierno sirio permita que este lunes los expertos de la ONU puedan visitar la zona en la que los rebeldes denunciaron miles de muertos; y donde ONG como Médicos Sin Fronteras admitió más de 300 víctimas y miles de afectados.

El gobierno sirio, sin embargo, continúa negando que el ataque se haya producido por medios propios, y acusa a los rebeldes de utilizar estas armas e intentar implicar al Gobierno. La misión de la ONU visitará tres ciudades sirias en las que se han denunciado ataques químicos, aunque no será su objetivo determinar quién ha realizado el ataque.

EVIDENCIAS DEL ATAQUE
Para muchos expertos, la evidencia actual apunta a que sólo el régimen podría haber realizado un ataque semejante. El año pasado, Asad admitía poseer un arsenal de armas químicas. Activistas y periodistas han registrado en vídeo a heridos por ataques no convencionales: en un amplio reportaje de Le Monde, dos enviados especiales a la provincia de Damasco sobrevivieron a uno de esos ataques y recogieron muestras que, a su regreso, fueron analizadas por París. “La conclusión del laboratorio es clara: es gas sarín”, anunció entonces el ministro de Exteriores galo, Laurent Fabius.

En los más de 150 vídeos que han publicado los activistas de las ciudades afectadas se puede observar que muchas de las víctimas son hombres en edad militar (se estima que el 50% de las víctimas fueron varones adultos), por lo que se puede presuponer que muchos son combatientes dado que las localidades bombardeadas estaban bajo control de facciones opositores desde hace más de un año.

ENFRENTAMIENTO RUSIA-EEUU
Lo que detiene la intervención de fuerzas extranjeras es la falta de unidad en la ONU sobre cómo resolver el asunto. Estados Unidos ha revelado que no tiene “dudas” sobre la culpabilidad del Gobierno de Al Asad en el uso de estas armas químicas; opinión que comparten Gran Bretaña y Francia, así como el cercano Israel. Pero Rusia advierte que cualquier acción militar tendrá consecuencias “gravísimas”.

Cabe recordar que Rusia tiene una base naval en Siria y excelentes relaciones con el gobierno actual, al que le ha suministrado modernos complejos de defensa antiaérea. La Iglesia Ortodoxa Rusa también apoya al régimen sirio, ya que bajo este los cristianos de ese país pueden practicar su religión sin mayores problemas, y teme que con el triunfo de la oposición islamista comenzará la persecución de los que profesan otra fe que no sea el islam suní. De ahí que el Kremlin desearía ver una salida política al conflicto, con garantías para los cristianos y tratando de evitar que en la situación interna prime la inestabilidad, como ha sucedido en otros países árabes que han cambiado de régimen en los últimos tiempos.