Como visitar un país extraño, presa de asombro, la experiencia de ser incluido en el mundo del silencio, en la comunidad de los sordos, resultó una experiencia que marcó una huella profunda de admiración y de sorpresa.
Según estimaciones de la Federación Mundial de Sordos,
“hay en el mundo cerca de 70 millones de personas con deficiencias auditivas. Un porcentaje no determinado de ellas tiene una lengua de señas como su principal medio de comunicación, y con ella, también, una cultura peculiar, que se distingue en el contexto de las comunidades mayoritarias oyentes donde los sordos habitan. Los especialistas que estudian ese fenómeno la denominan cultura Sorda”.
De acuerdo a las cifras del INEGI (Instituto Nacional de Geografía e Informática, 2010),
en México habitan alrededor de 300.000 sordos pero, de acuerdo a lo comentado por Shelley Dufoe, directora del Ministerio de Lengua de Señas Mexicanas, estas cifras son probablemente inexactas ya que muchas veces las familias (especialmente las de bajos recursos), al descubrir que su hijo padece esta deficiencia auditiva, optan por esconder su existencia. Así pues, al elaborarse los censos oficiales, ellos no son declarados en la encuesta y tampoco son detectados en las estadísticas como a estudiantes, ya que, en muchas ocasiones, los niños no reciben educación alguna.
Es por eso que
encontramos que los sordos, además de ser segregados e ignorados, carecen de la educación más elemental: El lenguaje.
Ese es, en primera instancia,
el mayor reto al que se enfrenta el ministerio “LSM” (Lengua de Señas Mexicana, Equipo de traducción), en su abierto intento de compartir la Palabra de Dios dentro de la comunidad de sordos de México.
17 AÑOS DE TRAYECTORIA
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En México, el ministerio LSM, iniciado por Shelley Duffoe hace casi 17 años, comienza con el apoyo de Instituto Lingüístico de Verano (SIL Internacional) cuando detecta la carencia de material apropiado para presentar la Biblia a la gente sorda. Y a partir del año 2009 une esfuerzos con la Sociedad Bíblica para publicar materiales que garanticen y cumplan con los estándares de fidelidad bíblica.
Pero, ¿cómo es que la Biblia puede satisfacer con los estándares y, a la vez, las cuatro metas de una buena traducción en lenguaje de señas –claridad, fidelidad, naturalidad y ser aceptable dentro de la comunidad sorda?
UN GRAN DESAFÍO
El trabajo de traducción de las Escrituras, como en el que se hace a otros idiomas, es titánico e inimaginablemente complejo y, para poder comprender la dificultad de su elaboración, es imprescindible señalar que el idioma de los oyentes –reducido a palabras– carece de sentido a quienes, como los sordos, fundamentan su lenguaje en la captación visual a través de las imágenes y la actuación.
Es así como inicia el gran desafío: S
e requiere que, tanto los traductores como los revisadores, dominen ambos idiomas, es decir, que sean bilingües: en el idioma español y en el idioma de lenguaje de señas mexicanas.
Dentro del equipo de traducción, LSM cuenta con cuatro traductores que, a su vez, forman dos sub-equipos para realizar lo que llaman “traducción cruzada”.
El proceso
inicia con la traducción preliminar, esto es, llevar el texto bíblico en español a “glosas” (descripción con palabras que enuncien el contenido del pasaje pero que, al ser leído por otro sordo, pueda interpretarse en señas concretas). Este primer paso del proceso, por demás laborioso, requiere de cada uno de los traductores una enorme inversión de horas de estudio para la plena comprensión del texto que deben revisar en prácticamente todas las versiones en español disponibles. Este primer paso se asemeja a lo que, en el trabajo editorial, se denomina “interlineado”.
CLARO, FIEL, NATURAL Y ACEPTABLE
Hecha esta parte, el equipo que lo llevó a cabo
lo envía al segundo equipo de traductores para su revisión e inicia una interminable discusión, entre ambos equipos, sobre el orden para presentar el texto, la elección las señas que encajen los cuatro puntos de una buena traducción (que sea clara, fiel, natural y aceptable) y que se apegue al mensaje del texto original.
Vale la pena mencionar que
los nombres de personajes y lugares representan un punto difícil de ilustrar, pues para no perder la secuencia de las narraciones bíblicas, teniendo que deletrearlo cada vez que se presenta, hace necesario que el nombre reciba una “nueva seña”. Y de ahí comienza la elaboración de lo que ellos llaman “GLOSARIOS” (que formará parte del material final) y que funciona como un diccionario ilustrado que acompañará la traducción del pasaje; de esa manera, se unifica la comprensión de los nuevos términos y nombres, en una seña específica.
TECNOLOGÍA AL SERVICIO
Apoyados en la tecnología,
las revisiones las llevan a cabo a través de conferencias a distancia con video, hasta que ambos sub-equipos de traducción llegan a un consenso que les satisfaga. Sólo entonces comienzan las grabaciones en video que, posteriormente, servirán como apuntador o guías (Prompter) para los participantes del equipo que actuarán la traducción definitiva.
Una vez concluida la primera grabación,
inicia la revisión exegética para garantizar la fidelidad al texto Bíblico original y, nuevamente, el estudio y conocimiento de la Biblia, en por lo menos cinco versiones, es necesario para quien cotejará: Las glosas, el video y las versiones de la Biblia. Ello exige, además de que el revisor sea bilingüe –español y lengua de señas mexicanas- que tenga un conocimiento exegético suficiente para su interpretación doctrinal correcta.
Terminada la revisión exegética, en cuando a fondo y estilo, se procede a la
siguiente revisión mostrando esa primera grabación a diferentes grupos dentro de la comunidad sorda. De ahí, con su evaluación, determinan si es comprensible, aceptable (en el lenguaje de la comunidad) y si la longitud del pasaje es adecuada.
REVISIÓN MINUCIOSA
Considerando las observaciones de los diferentes grupo de evaluación, el equipo procede a la corrección de los videos antes de ser presentada, en el siguiente paso, a una intérprete para que lleve a cabo una retro-traducción y que consiste en la presentación del material al intérprete –que no debe conocer ni consultar la Biblia previamente– para ella describa lo que entendió de la presentación.
Con esa última verificación, concluye el proceso de comprensión para garantizar que, la mayoría de la población sorda que habla con lenguaje de señas mexicanas, podrá entender el texto casi en su totalidad.
Entonces, para tener la aprobación de la Sociedad Bíblica,
la traducción es finalmente revisada por un Biblista (experto en la Biblia), políglota y, con base a sus observaciones, el equipo hace las modificaciones y se prepara para la producción final.
UNA PRODUCCIÓN 'CINEMATOGRÁFICA'
Esa parte del proceso, al igual que una producción cinematográfica,
requiere de mucha preparación: Edición de los pasajes en prompter (grabaciones guías de apoyo), ensayos por parte de los actores, manejo de equipo de grabación e iluminación, etc.
Tal vez sea el momento de mencionar que,
dado que no existen escuelas de nivel medio superior –preparatorias– y mucho menos universidades disponibles para este grupo de la población, el equipo que participa y que se encarga de todas estas situaciones, que incluyen el manejo de tecnología e informática, son sordos que se han formado de manera autodidacta para llevar a cabo su trabajo.
Llega a su fin,
tras meses, y a veces años, de intensa e ininterrumpida labor, el momento de hacer la grabación final e incluir un trabajo que, paralelamente, ha realizado otra parte del equipo: Los artistas e ilustradores.
Para situar el pasaje en un contexto temporal y espacial,
las artistas dibujan escenas clave de la traducción a fin de reafirmar la comprensión del auditorio sordo. Su trabajo, revisado exhaustivamente por traductores y grupos de comprensión, es llevado a cabo con una minuciosidad extrema en los detalles que los ojos de los oyentes no captan pero que, en un idioma cien por cien visual, como lo es el lenguaje de señas, determinan su capacidad de transmitir o no el mensaje.
Las manos, la actitud de la cabeza, los gestos del rostro o, incluso, la forma de vestir de los personajes ilustrados, son entendidos de una forma u otra, y
es trabajo del artista ajustar sus dibujos a la visión de un sordo. De igual forma, son tomados en cuenta todos aquellos elementos del ambiente que, para apegarse fielmente al texto bíblico, muestren la realidad histórica en el que ocurrieron los hechos a presentar. Tal es el caso de la vestimenta, la vegetación del lugar, el clima, la forma de saludar, la arquitectura, etc.
Para finalizar el trabajo, se lleva a cabo el ensamblado de videos, ilustraciones, textos explicativos, glosarios, créditos y portadas para lograr el video final.
UNA OBRA EXTRAORDINARIA
Esta larga explicación hecha, hasta aquí, en 1032 palabras, ni por mucho se acerca al
enorme trabajo que, un pequeño y comprometido grupo de personas, lleva a cabo en el Ministerio Lenguas de Señas Mexicanas (LSM). Tampoco es equiparable su esfuerzo a lo que representa para ellos la retribución económica que reciben pues, como muchos ministerios, LSM depende de donativos, aportaciones y fondos que, como está ocurriendo en muchos países, están sufriendo recortes y van disminuyendo paulatinamente.
En un lugar,
en la ciudad más grande del mundo, entre los silenciosos muros de un modesto departamento y con la labor de gente común y ordinaria, está ocurriendo, cada día, algo extraordinario: México está rompiendo el silencio y está llevando el mensaje de la Palabra de Dios a personas que, por su sordera, el mundo oyente ha convertido en invisibles.
Para mayor información sobre el Ministerio de LSM, contactar a: [email protected]
Otros recursos disponibles a la comunidad sorda en México (devocionales diarios en Lengua de señas mexicanas): www.bibliasordomex.com
Para información sobre cultos en Lengua de Señas Mexicana en el Distrito Federal, contactar al Pastor Guillermo Flores Bucio: [email protected]
Más información en “El mundo de los invisibles”en el blog Yendo sin ir.
Iniciativas semejantes ocurren en países como Estados Unidos donde, en 1981, inician la primera traducción de la Biblia y, desde 2005, ya cuentan con el primer Nuevo Testamento en Lenguaje de Señas Americano (ASL). Japón, en 1993, inició con Génesis y actualmente cuenta con 8 libros traducidos; en Latinoamérica también hay avances: Argentina, Brasil (con algunos cuentos), Colombia y Costa Rica (trabaja en un proyecto piloto de parábolas y narraciones de Jesús); Cuba (con 2 cuentos); Guatemala, El Salvador, Paraguay, Chile y Honduras (iniciando el proyecto) y Bolivia (donde trabajan en algunos cuentos). España, por su parte, cuenta con 2 traducciones: Uno en lenguaje de signos española y otra en catalán ( www.biblialselsc.org).
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