Un informe publicado por la organización misionera Open Doors (Puertas Abiertas) ha denunciado la situación de persecución religiosa que viven en Eritrea muchos evangélicos, una persecución que se ha intensificado en los últimos meses.
Un
pastor denuncia que la persecución está “en su nivel más alto, y empeorando cada vez más” en el país africano. El pastor, cuyo nombre no se dio a conocer por motivos de seguridad, contó cómo
en la última semana 37 estudiantes cristianos de la Facultad de Artes y Ciencias Sociales de Adi Kihe habían sido detenidos, junto a otros cinco hombres de la Iglesia del Dios Vivo en Asmara. En total han sido detenidos este año 191 cristianos.
Según Open Doors, el número de cristianos encarcelados por su fe llega a 1.200.
Los cristianos que no pertenecen a las religiones tradicionales admitidas por el Gobierno (católicos, ortodoxos, luteranos y cristianos coptos) en Eritrea han sido vigilados desde mayo de 2002, cuando el gobierno cerró todas las iglesias evangélicas y pentecostales que no solicitaron la inscripción en el Departamento de Asuntos Religiosos. Aún muchos de los cristianos 'legales' sufren también de vigilancia, arrestos e interrogatorios aleatorios y sin motivo.
En los años posteriores algunas denominaciones evangélicas intentaron realizar la inscripción, pero el Gobierno se ha negado a admitirlos. Es por eso que c
uando se descubre a algún evangélico o pentecostal “son detenidos y encarcelados en contenedores de transporte, en los campamentos militares”, denuncia este pastor.
DENUNCIAS DE ORGANISMOS INTERNACIONALES
Once años después de la firma del gobierno de Eritrea de la carta de Derechos Humanos, no hay evidencia de que estos se respeten, denuncia Amnistía Internacional
. “Eritrea es uno de los países más represivos, secretos e inaccesibles del mundo”, dijo a la BBC el investigador de Amnistía Internacional, Claire Beston.
En su último informe de este mes, Amnistía Internacional denunció “arrestos y detenciones arbitrarios, sin juicio, y a gran escala, para aplastar toda oposición, para silenciar a los críticos del gobierno y para castigar a cualquiera que se niegue a cumplir con las restricciones impuestas por el gobierno”.
Aunque el Gobierno de Eritrea ha negado estas acusaciones,
son varios los organismos que denuncian esta situación. Selam Kidane, un expatriado que dirige la organización británica pro derechos humanos 'Release Eritrea', ha dicho que desde enero se ha “intensificado” la persecución religiosa, sin saber cuáles son los motivos.
“Toda religión que no está dispuesta a estar bajo el control del gobierno está siendo perseguida”, dijo Kidane. “No se limita sólo a los cristianos. Pero
son las iglesias minoritarias las que más han sufrido - las iglesias pentecostales evangélicas - que son las que han sido estigmatizadas y acusadas de todo tipo de cosas por sus comunidades y otros grupos religiosos”.
Aunque parezca una contradicción, casi la mitad de la población de Eritrea es cristiana, el 90 por ciento de ellos de religión ortodoxa. Sin embargo sigue habiendo grupos especialmente perseguidos.
En la lista elaborada cada año por Puertas Abiertas en la que mide la situación de persecución de los cristianos en el mundo, Eritrea ocupa el puesto número 10, registrando un grado de persecución extrema.
MANIFESTACIÓN EN LONDRES
Durante la noche del jueves varias
organizaciones, iglesias y miembros de la diáspora eritrea se unieron frente a la embajada en Londres, en una vigilia en protesta por el aniversario de la disposición legal que impuso severas restricciones a la religión en 2002.
La campaña de arrestos masivos a cristianos “no oficiales” contabiliza a más de mil detenidos por su fe, personas que enfrentan una situación peligrosa para su vida y que no han pasado por ningún tipo de proceso judicial.
Durante la protesta, los oradores de las organizaciones participantes destacaron la detención arbitraria y sin juicio a decenas de miles de eritreos de todas las creencias, la difícil situación del patriarca ordenado por la Iglesia Ortodoxa de Eritrea, que ha estado bajo arresto domiciliario desde 2006, y la falta de acción internacional para rescatar a los refugiados eritreos que están siendo torturados por extorsión por traficantes beduinos en el desierto de Sinaí de Egipto.
Los participantes
entregaron una carta en la embajada, en la que pedían al Gobierno de Eritrea que “asegure la liberación de todos los presos de conciencia, independientemente de su credo, y facilite el cumplimiento de todos los derechos humanos,entre ellos el derecho a la libertad religiosa, que está protegido por la Constitución del país”.
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