Esta semana Bahréin volverá a ser el centro del mundo automovilístico. El “circo” de la Fórmula 1 llega al millonario país árabe en el que cambiar de religión está prohibido.
La organización de derechos humanos
Human Right Watch recordaba que en las últimas semanas las fuerzas de seguridad han llevado a cabo redadas en casas en las cercanías del circuito, produciéndose detenciones arbitrarias.
“Bahréin ya está queriendo evitar las protestas contra la carrera de Fórmula 1”, dijo Sarah Leah Whitson, directora para Medio Oriente de Human Rights Watch. “Los organizadores de la Fórmula 1 aparentemente prefieren enterrar la cabeza en la arena al no pensar en el riesgo que supone la celebración de la carrera, por la represión que ha provocado”.
Según la organización, las autoridades de Bahréin encarcelan regularmente manifestantes pacíficos y defensores de derechos humanos, y las fuerzas de seguridad utilizan excesivo y en ocasiones la fuerza letal contra los manifestantes.
Desde las protestas a gran escala que comenzaron en 2011,
los abusos cometidos por las fuerzas de seguridad han causado la muerte de decenas de manifestantes y transeúntes, lesiones graves a cientos de personas, detenciones, y más de 300 acusaciones formales de tortura y malos tratos.
En febrero, Human Rights Watch concluyó, sobre la base de conversaciones con funcionarios, que las autoridades no han hecho avances en la investigación y el enjuiciamiento de los funcionarios de más alto nivel responsables de los peores abusos cometidos durante las protestas de 2011.
EL SHOW DEBE CONTINUAR
Sin embargo
desde la organización de carrera piensan que la situación no impide que se pueda realizar el Gran Premio. Zhayed Alzayani, presidente del BIC (Bahréin International Circuit), aseguró que no creía “que exista una amenaza directa para el circuito”. Dijo además que “aunque (los que protestan) estén en desacuerdo, esto no da derecho a interrumpir la vida normal de los demás. No es democracia sino terrorismo, aunque se esconde tras invocaciones a los derechos humanos o motivaciones religiosas”, dijo, y aseguró que la mayoría de la población apoya la carrera.
Shayed Hai Al Musawi, líder del principal partido opositor, Al Wefaq, señala que “a priori no estamos en contra de la F1. Incluso admitimos que en un determinado momento fue un dinamizador económico para el país (el 70% de las habitaciones de hoteles 5 estrellas están ocupadas), pero en este momento sólo beneficia al gobierno para que ofrezca una imagen idílica e irreal del país. La F1 son sólo tres días pero nuestros problemas son todo el año”.
A los pilotos de la F1 se les ha preguntado por esta circunstancia.
Fernando Alonso, piloto de la escudería Ferrari, considera que la situación social no tiene que interferir. “Si no ponemos a mirar todo, tendríamos que estar pendientes también de las fábricas en China, en India donde trabajan niños y les explotan, en otros países... en España por la corrupción política... Siempre hay un tema candente en cada país y aquí hay protestas que esperemos que encuentren las mejores condiciones y la paz pronto. Es algo que tienen que resolver entre ellos y nosotros venimos a dar un buen espectáculo para que el que venga y el que lo vea por sus casas”.
CRISTIANOS PERSEGUIDOS
La organización misionera Puertas Abiertas tiene a Bahréin en su lista de países en los que se persigue a los cristianos: ocupa el puesto 35. En su web explica que “la mayoría de los Bahréiníes son musulmanes chiítas, pero están bajo un gobierno sunita (lo que provoca enfrentamientos). Bahréin tiende a ser el país más liberal en la Península Arábiga para los cristianos expatriados y les permite practicar su fe. Sin embargo,
evangelizar musulmanes es ilegal. Hay una gran presión para aquellos que se hacen cristianos, tanto de la familia como de la comunidad”.
Por otra parte, Puertas Abiertas destaca que la importación de Biblias no está prohibida y que hay literatura cristiana en idioma árabe en las librerías públicas, por lo que no todas las puertas están cerradas para la extensión del mensaje. Aquellos que se convierten, sin embargo, deben permanecer en el anonimato para resguardar su vida.
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