A una semana de conocerse el fallecimiento del Presidente de Venezuela, las imágenes de una interminable multitud dando el último adiós a su líder ya no ocupa la portada de los medios de comunicación hegemónicos a nivel mundial. Ahora que Maduro ha asumido como primer mandatario y ha convocado a elecciones para el 14 de abril, es la hora de las columnas de opinión.
Los periodistas David Kohler y César Dergarabedian,editores de “Pulso Cristiano. Noticias y opinión con la presión justa”, un medio online de Argentina, también se refirieron al tema. Es interesante considerar esta ‘mirada latinoamericana y cristiana’.
David Kohler tituló: “Hugo Chávez, la lección de la historia” a su nota editorial, en la que relata que visitó Venezuela en 2006, “cuando Hugo Chávez hacía tiempo ya que era un fenómeno político y social”. Recuerda Kohler que vio poblarse las avenidas de Caracas “con miles de simpatizantes del presidente fallecido el 5 de marzo con sus remeras granates” y que vio también “una ciudad que explotaba de consumo popular: los bancos atendían hasta los sábados”.
Transcribimos completo lo que sigue porque contiene información precisa, y su opinión de primera mano:
“El carismático comandante le dio a los más humildes la sensación de ser alguien, la posibilidad de integrarse a la sociedad por su participación política y por una mejora en su calidad de vida. Creo que el legado de Chávez, sin embargo, es endeble: su temprana desaparición (murió a los 58 años) deja al país dividido en dos bandos y con una situación institucional muy endeble. Hará falta mucha templanza para ocupar el enorme espacio político dejado por un mandatario que se creyó eterno y que no preparó su transición política. Deja, además, un país con cifras escalofriantes de violencia. En 2012 murieron asesinadas 54 personas por día, según el Observatorio Venezolano de Violencia, la inflación superó el 20 por ciento y el mes pasado el bolívar fue devaluado en un 32 por ciento. Es decir, el dinero cada vez tiene menos valor. El surgimiento de un personaje autoritario como Chávez que en 2007 cerró Radio Caracas Televisión (RCTV), el canal de mayor audiencia y crítico del Gobierno, y persiguió a sus opositores políticos se explica, en parte, por la desaprensión de los gobiernos democráticos anteriores. Los precios altos del petróleo en la década del 70 beneficiaron a una clase política y burguesa muy pequeña, que en lugar de sentar las bases para el desarrollo del país se enriqueció y dejó a las grandes mayorías ajenas a la fiesta. ¿Alguna lección para la iglesia cristiana, en particular la evangélica? Si la dirigencia latinoamericana pretende influir en el devenir histórico de sus países debe saber que con festivales y conciertos o dando sermones desde el púlpito todo seguirá igual. Las vidas de los dirigentes evangélicos deben resultar inspiradoras, dispuestos a respaldar a aquellos fieles que deseen involucrarse en la vida político-partidaria y por sobre todo enseñar a sus fieles a ser ciudadanos participativos, atentos a los tejes y manejes de los políticos, críticos, curiosos y memoriosos. Millones de ciudadanos alertas, no alienados por la vida eclesiástica, entrenados para aplicar sus destrezas espirituales (oración y discernimiento espiritual, por ejemplo) a la vida social y política de un país brindarán estabilidad a la sociedad”.
DERGARABEDIAN
Más breve es el texto escrito por César Dergarabedian, titulado “Hugo Chávez en la tierra de los vivientes”.
El periodista comienza confesando que la noche del 5 de marzo de 2013 fue una “noche de penas” en Buenos Aires, por la muerte de Hugo Chávez. “Simpaticé con él como persona, luego de conocerlo mano a mano en el hotel Four Seasons de Buenos Aires el 26 de mayo de 2003, en el marco de una conferencia de prensa. Sus expresiones cristianas siempre me resultaron sinceras, era un hombre de fe. Y cuando las compartía en la red social Twitter, a través de su perfil @chavezcandanga, se las reenviaba a mis seguidores en ese espacio”, escribió Dergarabedian.
Y “en medio de la pena por la partida física de Chávez”, encontró una poesía del poeta colombiano Antonio Muñoz Feijoo, que decidió compartir con los lectores de “Pulso Cristiano”: "No son los muertos los que en dulce calma / la paz disfrutan de la tumba fría; / muertos son los que tienen muerta el alma / …y viven todavía. / No son los muertos, no, los que reciben / rayos de luz en sus despojos yertos; / los que mueren con honra son los vivos, / los que viven sin honra son los muertos. / La vida no es la vida que vivimos, / la vida es el honor, es el recuerdo, / por eso hay muertos que en el mundo viven y hombres que viven en el mundo, muertos".
El texto continúa diciendo que “quizás Chávez leyó en algún momento de su agonía el Salmo 27, aquel que dice: ‘Pero de una cosa estoy seguro: he de ver la bondad del Señor en esta tierra de los vivientes’. Chávez vive en esa tierra de los vivientes, la tierra de los que dejan huellas y marcas en la vida de otras personas”, concluye el periodista.
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