De los 21 millones de habitantes que había en Siria antes del inicio de la guerra, unos 2 millones se consideraban cristianos. Formaban parte de una comunidad de fe de 2000 años de Historia en el país. Eran el grupo cristiano más importante del Medio Oriente tras los coptos egipcios. La guerra y los ataques islamistas les ponen ahora en una situación muy peligrosa.
La guerra civil ha hundido a la sociedad siria en su conjunto y ha causado muertes, caos y desesperación entre todo tipo de comunidades. Los cristianos, sin embargo, podrían terminar siendo la comunidad más afectada. Pese a sus esfuerzos por no tomar partido, los rebeldes les identifican con el régimen de Al-Asad, que a su vez no hace nada para protegerles.
“Estamos viendo a otro país árabe que pierde a su minoría cristiana”, ha explicado Emanuel Youkhana, archidiácono de la Iglesia Siria del Este, al diario
Christian Post. “Cuando sucedió en Irak nadie creía que llegaría el turno de Siria.
Los cristianos sirios están huyendo en masa de las amenazas, secuestros, violaciones y asesinatos. Detrás de las noticias diarias sobre bombas hay una limpieza étnico-religiosa y pronto Siria puede quedar vacía de cristianos”.
Por su parte, Nuri Kino, una periodista sueca con trasfondo sirio que ha estado sobre el terreno, habla de
“un torrente” de cristianos que están intentando salir del país, junto a muchos otros ciudadanos. El caos está alimentado las redes de tráfico ilegal de personas, que estarían sacando a refugiados del país a cambio de importantes sumas de dinero. Kino cita a líderes cristianos en el país que hablan ya de “un gran éxodo que se da en silencio”, una realidad que no se refleja en las noticias que salen del país diariamente.
REDES ILEGALES SACAN CIUDADANOS DEL PAÍS
El Líbano es uno de los destinos de los cristianos huidos de Siria. La mayoría esperan volver a casa “cuando las cosas se calmen”. Otros ya no se lo plantean, y buscan conseguir un visado para viajar a Europa, o pagan hasta 20.000 dólares para ser introducidos en la Unión Europea de forma ilegal, a través de mafias. Se plantean esta posibilidad principalmente grupos con formación como los ingenieros, propietarios de pequeños negocios o joyeros, entre otros.
Esperan poder llegar a Alemania o Suecia y conseguir algún subsidio del estado hasta que encuentren una forma de sobrevivir. Un caso claro de esto es la ciudad sueca de Sodertalje, a donde llegan cada semana una media de unas 35 familias sirias.
UN PAÍS QUE NO PROTEGE A SUS CIUDADANOS
Los cristianos que siguen en Siria se ven a sí mismos como un blanco fácil. Por un lado tienen la sensación que las autoridades no hacen nada para protegerles. Por otro, están convencidos de que el avance de grupos islamistas puede ser su sentencia de muerte.
Entre los testimonios recogidos por Kino, hay el de un refugiado cristiano: “Dos hombres de una tribu musulmana decidieron un día ocupar nuestras granja, sin más. Cuando fui a la policía para denunciarlo, me dijeron que no había nada que hacer. El jefe de la policía fue muy claro diciendo que no intervendrían, porque no querían que esa tribu se vuelva contra el régimen”.
Otra cristiana, de Hassake, explicó como un grupo de islamistas asesinaron a su esposo e hijo con un tiro en la cabeza. “Nuestro único crimen ha sido ser cristianos”, contestó cuando le preguntaron por el motivo del asesinato.
Otro padre de familia cristiano explica que han huido del miedo. “No somos pobres. Tengo que pensar en mi hija de 12 años. Ella es una presa fácil para los secuestradores. Tres hijos de nuestros amigos fueron secuestrados. En dos casos pagaron cantidades enormes para liberarlos, y con el tercer hijo, pagaron pero les devolvieron al hijo muerto”.
IGLESIAS DESTRUIDAS, COMUNIDADES QUE INTENTAN SER LUZ
Por su parte,
Puertas Abiertas Internacional está en contacto con varios pastores en situaciones de guerra total en Siria. Es el caso de un pastor de una iglesia en Homs que acoge a todo tipo de personas afectadas por los combates, familiares de soldados incluidos.
“Es importante que la iglesia siga presente en Siria”, dice. “Si la iglesia se va de Siria, este país será destruido espiritualmente. Dios nos ha salvado hasta ahora, así que seguimos siendo útiles. Si seguimos orando, Dios hará algo increíble, estos es lo que todos aquí sentimos”, explica.
Aunque no hayan perdido a miembros de su familia o sus propiedades, la mayoría de cristianos en Siria sí han quedado afectados por lo menos porque ya no pueden reunirse como comunidad. Según
fuentes del liderazgo de la Iglesia Católica, hay una veintena de sus iglesias que han sido destruidas, afectadas o abandonadas, a causa de la guerra. El patriarca Gregorios III de Antioquía habla demás de “cerca de un centenar de nuestros hijos que han muerto”, además de numerosos secuestros. Según esta misma fuente, más de 1.000 grupos cristianos no oficiales habrían sufrido ataques.
Estas informaciones as confirma la reconocida
Human Rights Watch (HRW), que ha documentado algunos casos sobre el terreno.
HRW informa de saqueos de iglesias, lugares de culto que han sido quemados y corrobora también los asesinatos y secuestros.
Todas estas situaciones de terror son frecuentes entre toda la población pero afectan de forma especial a cristianos en zonas abandonadas por las autoridades del Estado, y que han caído en manos de milicias islamistas.
ALGUNAS COMUNIDADES MONTAN BRIGADAS DE DEFENSA
La mayoría de grupos cristianos han hecho todo lo posible para mantenerse al margen del conflicto entre el régimen de Al-Asad y las milicias rebeldes. Sin embargo, como explicaba el diario británico The Telegraph ya hace unos meses, muchos cristianos han decidido defender sus pertenencias creando brigadas armadas en ciudades como Alepo. Así tratan de proteger sus iglesias y sus barrios de los ataques de islamistas o de grupos de delincuentes organizados.
Según las estimaciones de la ONU de enero de 2013 habrían muerto en la guerra civil siria un total de 60.000 personas. La misma fuente habla ya de 700.000 refugiados, que habrían llegado a países vecinos como Líbano, Turquía, Jordania e Irak.
Siria ocupa el puesto número 11 en la Lista Mundial de Persecución de cristianos que publicó en enero Puertas Abiertas Internacional,
y los cristianos sufren allí “persecución extrema”, según la organización. Se trata del país que ha hecho el salto negativo más importante en los últimos meses, ya que en la clasificación de hace un año ocupaba el puesto 36 (persecución moderada).
Si quieres comentar o