En una ceremonia celebrada hoy en la catedral de San Pablo de Londres,
Justin Welby tomó posesión de su cargo como nuevo arzobispo de Canterbury, lo que le coloca como líder espiritual de casi 80 millones de anglicanos.
Durante el acto, presidido por el arzobispo de York, John Sentamu,
Welby efectuó el tradicional juramento de lealtad a la reina Isabel II, gobernadora suprema de la Iglesia de Inglaterra, y firmó una declaración escrita con la que aceptó su designación como arzobispo.
Este antiguo ritual anglicano forma parte del proceso legal de nombramiento de su líder, que culminará el próximo 21 de marzo con la ceremonia de entronización de Welby en la catedral de Canterbury (sureste de Inglaterra).
El religioso, de 57 años, fue elegido el pasado noviembre 105 arzobispo de Canterbury por la llamada Comisión de Candidaturas de la Corona, formada por dieciséis obispos y laicos, que evaluaron en secreto y durante varias semanas los méritos de los candidatos e hicieron la recomendación al Gobierno de Londres.
UN GRAN RETO POR DELANTE
Welby sustituye como arzobispo a Rowan Williams, que es ahora rector del prestigioso Magdalene College de la Universidad inglesa de Cambridge, después de diez años como primera personalidad religiosa anglicana.
Sentamu aseguró hoy durante la ceremonia en la catedral de San Pablo que
el puesto de arzobispo de Canterbury se beneficiará de los “muchos talentos” que posee su nuevo dirigente, que está casado y tiene cinco hijos.
“Cuenta con mis oraciones y mi apoyo cuando asume este difícil papel al servicio de la Iglesia de Inglaterra y de la Confesión Anglicana en todo el mundo”, dijo el arzobispo de York.
Welby ha llegado a cima de esta institución cuando el anglicanismo se encuentra inmerso en un controvertido debate respecto a la ordenación de mujeres obispo y al matrimonio gay.
El primado se ha mostrado a favor de las mujeres obispo, aspecto que fue rechazado en noviembre por el Sínodo general. Su oposición al matrimonio gay en la Iglesia es conocida, aunque condena también con firmeza la homofobia.
UNA TRAGEDIA LE ACERCÓ A DIOS
Welby decidió atender la “llamada de Dios” en 1987, después de más de una década trabajando en proyectos energéticos en Nigeria y en el Mar del Norte. Pero el motivo de su abrupto abandono de la vida de ejecutivo de la industria energética se produjo, según “The Times”, cuatro años antes, cuando su hija de siete meses, Johanna, murió en un accidente de tráfico en Francia.
“Fue un tiempo muy oscuro para mi mujer Caroline y para mi, pero, curiosamente, nos acercó mucho más a Dios”, explicó. La pareja tuvo otros cinco hijos.
El todavía obispo de Durham es hijo de una secretaria personal de Winston Churchill. Realizó sus estudios de secundaria en el prestigioso y elitista Eton, y fue lector de Historia y Derecho en el Trinity College, una de las escuelas más sólidas de la universidad de Cambridge.
TALENTO E INICIATIVA
John Walmsley, jefe del obispo en su antiguo empleo, le describe como un hombre de familia, cuya fe se podía ver en sus acciones.
Y le destacó como una persona excepcionalmente dotada para hacer frente a los desafíos que enfrenta el liderazgo de la iglesia.
“Es una persona que no se rinde fácilmente. Está curiosamente relajado en negociaciones a largo plazo (…) y sabe mantener la tensión en su lugar. Es capaz de hacer que quienes le rodean se sientan apreciados. Esa combinación entre crear un ambiente relajado y la firme voluntad de actuar es poderosa”, añadió.
Son esas habilidades prácticas y su disposición a hablar con claridad y firmeza lo que atrae al reverendo George Pitcher. “Welby es un hombre que conoce su propia mente, es decisivo y tiene ese trasfondo corporativo donde las cosas se deben hacer. Una decisión se toma hoy para que se puedan tomar medidas mañana para arreglar las cosas; creo que es el talento principal que él puede aportar”.
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