Kässmann, de 54 años, desempeña desde abril de 2012 el cargo de "embajadora de Lutero" para el Jubileo de 2017 que conmemorará el quinto centenario del inicio de la reforma de Lutero el 31 de octubre de 1517. Con este motivo a lo largo de 2017 se realizarán una serie de importantes actos en Alemania en torno a la Reforma protestante y el propio Martín Lutero.
Margot Kässmann ha sido obispa de la Iglesia Evangélica Alemana -la EKD (por sus siglas en alemán)- la organización protestante más grande de Alemania y reside en la localidad alemana de Mannheim.
Por su cargo, Kässmann participa en coordinación de esta efeméride, que los evangélicos alemanes quieren que sirva para dar a conocer el verdadero significado que supuso la Reforma de la Iglesia que inició Lutero en lo espiritual, en la sociedad y en la Historia.
EL PAPA Y LA EXCOMUNIÓN DE LUTERO
Kässmann ha expresado en una entrevista publicada en el "Mannheimer Morgen" que espera que Benedicto XVI como papa revoque la excomunión que aún pesa sobre el fundador del protestantismo.
Una excomunión que se materializó a través de la bula 'Decet Romanum Pontificem', firmada por León X en enero de 1521, y que Martín Lutero quemó públicamente al recibirla.
Para Margot Kässmann ha llegado el momento de la eliminar esta arista entre católicos y protestantes y que se produzca un “gesto de buena voluntad”. Que ya vayan a ser cinco los siglos que dura la excomunión de Lutero no es en sí mismo un obstáculo para Kässmann ya que tampoco "en 1984, nadie previó la caída del Muro de Berlín" y ocurrió.
La representante de la EKD utiliza varios argumentos para fundamentar su petición, como por ejemplo que muchas comisiones ecuménicas han concluido que la excomunión a Martín Lutero "es teológicamente injustificable", y el valor simbólico positivo de retirar esta bula.
Otro que menciona es que también lo piden muchos católicos, algunos como el conocido teólogo como Hans Küng, aunque este teólogo no sea el mekor ejemplo de ortodoxia católica ya que está amenazado de sanción por la Congregación para la Doctrina de la Fe (antes Santo Oficio) por sus reiteradas opiniones contrarias a la Doctrina y al Magisterio católico-romanos.
Asimismo, para Kässmann, el diálogo ecuménico y el hecho de que católicos y protestantes asistan juntos a diferentes ceremonias con cada vez mayor frecuencia es otro motivo suficiente para que se produzca este gesto de reconciliación entre católicos y protestantes.
EXPECTATIVAS NEGATIVAS
No se conoce que podrá decir el papa, pero no es de esperar una respuesta positiva.
Así lo augura
el gesto de Benedicto XVI de no querer acudir a su Alemania natal a los actos del quinto centenario de la reforma protestante, así como las
recientes declaraciones del Cardenal Koch, Presidente del católico Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, que ha tildado a la reforma protestante de “pecado” y “fracaso” , expresando además que le gustaría asistir -en lugar de a una celebración de la memoria de la Reforma protestante- a una reunión en la que las confesiones reformadas pidieran disculpas y reconociesen sus errores.
Esto a pesar del sentimiento general, como el de la Canciller alemana Ángela Merkel que el pasado 31 de octubre ante la conmemoración de los cinco siglos de la reforma protestante en 2017 invitó a celebrar esta efeméride de la Reforma en un espíritu ecuménico, a pesar de que católicos y protestantes no hayan logrado ponerse de acuerdo sobre un marco común de las celebraciones.
Merkel expresó un profundo agradecimiento a la obra de Martín Lutero, quien con su trabajo ayudó a definir la imagen de un ser humano "maduro y responsable".
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