La comunidad hispana sigue creciendo en EEUU, pero eso no significa que el castellano vaya camino de convertirse en una lengua dominante del país. Las segundas y terceras generaciones de jóvenes hablan español en casa, pero anteponen el inglés en sus relaciones sociales. También cuando se trata de vivir su fe.
Más de 50 de los 375 millones de ciudadanos estadounidenses son de origen hispano. Pero la demografía de este grupo ha ido cambiando, y dos tercios de la comunidad latina ya son nacidos en EEUU.
De las miles de iglesias fundadas en décadas anteriores por y para venidos de otras partes de América, muchas han empezado a cambiar el enfoque cultural de su actividad. Se encuentran con la necesidad de adaptar las formas, y sobre todo, la lengua, a los más jóvenes.
Las comunidades mexicanas de Texas o California, los barrios con mucha presencia puertorriqueña en Nueva York, o los grupos cubanos, venezolanos y colombianos del sur de Florida. En todos estos sitios se nota el movimiento impulsado por las nuevas generaciones: el español ya no hila toda la actividad en las iglesias, como sucedía con sus padres.
El reto es el siguiente: ¿mantener la identidad de origen y la lengua en las celebraciones dominicales y perder progresivamente a los más jóvenes, o arriesgarse a introducir el inglés y chocar con la incomprensión de los más ancianos, que no dominan el idioma del país?
EL PRESENTE: IGLESIA BILINGÜE
Un amplio reportaje del
Huffington Post de EEUU indaga en este cambio lingüístico en las comunidades cristianas hasta ahora de habla hispana. Se centra en un caso concreto, el de una iglesia al sur de Florida, inmersa en el proceso de reenfocar su política lingüística.
“Sunset Church” ha atraído, en los últimos 20 años, a muchos hispanos, cuyo número ha crecido continuamente con la llegada de nuevos inmigrantes, en esta iglesia establecida hace 101 años.
En general, el lado Inglés de la iglesia está formado por una mezcla de blancos no hispanos, afroamericanos y un grupo de miembros de otros grupos étnicos. Pero pocos hispanos asisten al culto en inglés, porque tienen su propia celebración. Los que sí optan por el inglés, lo hacen más bien por necesidad, para aprender la lengua del país. O porque quieren criar a sus hijos en un idioma que les ayude a integrarse.
Pero los pastores de esta iglesia bilingüe dicen que si no se anima a estos jóvenes a formar parte de la comunidad con tareas específicas, dejarán pronto las iglesias hispánicas para encontrar iglesias en los que haya más presencia del inglés.
“Cuando entras en Sunset Church, puedes elegir lo que prefieres: inglés o español. Tal como funcionan nuestros ministerios, es difícil para una familia estar en ambos lados”, dice Jim Holway, un pastor bilingüe y fundador de iglesias.
Holway, de 53 años, aterrizó en Sunset Church hace siete años para convertirla en una base para entrenar a pastores de nuevas iglesias y congregaciones hispanas en la región y en América Central, pero rápidamente se dio cuenta de que la mayor parte de su atención la tenía que poner en un aspceto concreto. “Cuando llegué aquí, veía constantemente a esos chicos, que al convertirse en adolescentes, desaparecían. ¿Adónde iban? A veces, a una iglesia que les ofrecía actividades en inglés. Otras veces, simplemente abandonan la iglesia por completo”.
Holway, que se crió en el estado de Virginia pero pasó su vida adulta aprendiendo español como misionero en Argentina, forma parte del grupo de líderes que quiere transformar su iglesia en una comunidad multilingüe que funcione, donde los niños pueden hablar y adorar en inglés, los padres puede hablar y adorar en español, y donde “cada uno”, espera, “pueda crecer en Cristo llevarse bien con los otros”.
QUE LA LENGUA NO DIVIDA LA COMUNIDAD
Los ministros han intentado varias cosas para atacar la “división lingüística” de la iglesia. Ancianos y pastores monolingües que servían por separado a diferentes congregaciones han acabado marchándose.
Los líderes más jóvenes, que son bilingües, ha puesto en marcha un culto trimestral unido y bilingüe, donde los himnos y las oraciones se alternan en inglés y español. Pero “es agotador y confuso para los que sólo hablan un idioma”, reconoce Holway. Incluso se han planteado hacer celebraciones en inglés para todos, con traducción al español sólo a través de auriculares.
Pero estas decisiones son complicadas: “la gente considera que sería injusto para los hispanos, pero en cambio, si es sólo en español, los angloparlantes se sentirían fuera de lugar”.
Recientemente, se ha elaborado un plan para cambiar los horarios de un domingo habitual, que hasta ahora permitían que, a la práctica, los asistentes a las clases bíblicas y a los cultos en inglés, por un lado, y en español, por otro, no entraran en contacto pese a reunirse en el mismo edificio. Con el nuevo proyecto, el programa en español y en inglés será simultáneo, por lo cual muchos padres podrán enviar a sus hijos a clases dominicales en inglés, mientras que ellos asisten al culto en español.
DEBATE DENTRO DE LA IGLESIA
Esto funcionará, claro está, sólo si los miembros se suben al carro. Muchos de los jóvenes, los que están entre 15 y 40 años, están completamente de acuerdo con los cambios. Pero para los mayores de 50 años, lo cosa no está tan clara.
Hace unos meses,
Holway y otros líderes de la iglesia reunieron a todos los miembros para explicarles un nuevo proyecto, “la nueva Sunset Church”. Mostraron algunos vídeos que habían producido tanto en inglés como en castellano y explicaron los cambios a través de una presentación de powerpoint titulada “Una iglesia, Dos idiomas”.
Citando Hechos 6:1-4, que describe los conflictos que había en tiempos de la iglesia primitiva entre hebreos y griegos, se remarcó que también entre los que hablan español e inglés debe aplicarse las palabras de Pablo en Gálatas, “que en la familia de Cristo no debe haber división entre judío y no judío, esclavo o libre, hombre o mujer, que entre nosotros todos somos iguales, es decir, estamos en una relación conjunta con Cristo”. Más adelante, la sesión terminaba con un lema: “No hay ‘latino’ ni ‘anglo’”.
En principio, todo el mundo entendió el mensaje. Pero en la práctica, no mucho. Después de este cambio de rumbo, algunos castellanoparlantes empezaron a sospechar que la iglesia acabaría por centrarse sólo en el inglés. Que perdería todo tipo de relevancia para los contextos latinos originarios. Muchos destacaban también que detalles como los abrazos a la hora de saludarse o un tipo de alabanza musical más expresiva tampoco agradaba a algunos de los asistentes no latinos, y que podría acaba desapareciendo también.
Según otro pastor de la comunidad, sin embargo, la cultura debería enseñarse no tanto en la iglesia, como en casa. “Algunos padres quieren que sus hijos mantengan su identidad, y estamos de acuerdo con eso, pero no estoy seguro que la iglesia sea el lugar donde eso debe suceder”.
“Es como que todo el mundo tiene su ideal de cómo debería ser la iglesia, pero al final, debemos que caber todos y adaptarnos unos a otros”, concluye otro miembro de la iglesia, que hace unos años llegó de Honduras.
¿Y EL FUTURO? EL ESPAÑOL TIENDE A PERDER FUELLE
Entre los lingüistas, se habla a menudo de la hipótesis de las tres generaciones de inmigrantes. Los que son de la primera generación hablan el idioma de su país de procedencia y prefieren esto en sus iglesias. La segunda generación a menudo es bilingüe, pero tiene a preferir el inglés. Y la tercera generación normalmente sólo habla en inglés.
“Y es aquí donde aparecen algunos problemas”, explica Tom Boswell, un profesor de la universidad de Miami. “Algunas familias confían que asistir a una iglesia en español asegurará que sus hijos y nietos crecen en su lengua y cultura originaria, pero eso no siempre es así de fácil”.
En EEUU hay aproximadamente 338.000 congregaciones cristianas, según el Hartford Institute for Religion Research. Pese a ques difícil tener datos claros, los investigadores creen un 16% de todas ellas celebra sus cultos en español o en formato bilingüe.
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