La “Manzana Jesuítica” de la ciudad de Córdoba, Argentina, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2000, preserva destacados monumentos históricos de la época de la colonia española. El Colegio Nacional Monserrat, la iglesia de la Compañía de Jesús, el convento de Santa Catalina y la antigua sede de la Universidad Nacional de Córdoba, son algunos de los edificios construidos en el siglo XVII que conforman un complejo turístico que se integra a elegantes locales comerciales, restaurantes y bares instalados en antiguas casonas bien ambientadas.
En este contexto edilicio ha surgido recientemente una nueva propuesta: “Café con Dios”, un bar sito en la calle Obispo Trejo, frente a la iglesia Santa Catalina y a metros de la Catedral metropolitana.
El original bar temático fue instalado por un grupo de feligreses católicos pertenecientes a la renovación carismática y en él se puede ordenar cualquier producto clásico de un bar, pero de una forma especial. Así,
en el menú la sección de cafetería aparece bajo el título “Los Doce Apóstoles”; pastelería corresponde a “Los Fruto del Espíritu Santo”; los platos salados son “Los Diez Mandamientos” y los postres, “Los Dones del Espíritu Santo”. Las bebidas –con y sin alcohol- se ofrecen en una sección encabezada por una versión particular del texto de Juan 7.38: “El que tenga sed…”.
Si uno quiere ordenar un café cortado, deberá pedir un “Pedro” y si desea beber un mate cocido (infusión de yerba mate), deberá solicitar un “Santiago el menor”. La medias lunas (croissan) se llaman “paz” y el pan criollo (panificado típico de la zona) “templanza”. El desayuno completo es “bondad” y “modestia” consiste en pan y 500 cc de agua (“te ayudamos en tu ayuno” dice junto a esta original oferta).
Si de sandwiches, pizzas, tartas y otras opciones de productos salados se trata, cada uno lleva por nombre uno de los 10 mandamientos. Llegada la hora del postre, “sabiduría” es el nombre del bombón escocés y “fortaleza” corresponde al tiramisú.
CAFÉ Y ALGO MÁS
Pero el menú no es lo único original en este lugar. Un listón de madera oscura cruza el piso de cerámicos blancos, simbolizando “el camino angosto que lleva a la cruz”, hasta llegar a una cruz minimalista en el fondo del salón. Del cielo raso penden formas onduladas que simbolizan nubes, porque “aquí estamos en el cielo”, explica una de las jóvenes que sirven las mesas.
Desde un gran mural con fotos en blanco y negro se asoman papas, santos y fundadores de movimientos eclesiásticos –“para resaltar el valor de la diversidad en la iglesia Católica”, según Antonio Melone, uno de los socios de la cafetería- y la imagen de una paloma, símbolo del Espíritu Santo.
Los clientes pueden optar entre leer los periódicos del día o algunos de los libros de las estanterías, incluida la Biblia. “Usted puede tomarlo prestado para leer aquí o incluso pedir que se lo regalen. La encargada es quien dispone esto”, dice la joven que sirve la mesa. Algunos de los títulos de los libros ofrecidos son Retiro de cura intergeneracional, de P. Gustavo Janut; Un Pentecostés hoy, de P. Salvador Carrillo; La renovación carismática católica frente al tercer milenio, del mismo autor; Yo te odiaba Dios, de Marta Guerriot; Ora a tu Padre, de Jean Lafrance; Buscando salud, de Carlos Aldunate L.s.j.
En cada mesa hay un soporte de madera con un texto bíblico -que se renueva cada día-, acompañado de un comentario sobre el mismo. "Quisimos un lugar tranquilo, donde se puede tomar café servido por gente que tiene una vida de oración, ya que los mozos (camareros) no son profesionales pero sí tienen mucha vida interior", explica Melone.
Sin embargo, asegura, la idea del bar no es la de imponer una prédica religiosa o generar debates doctrinales."No buscamos eso. Esta es una cafetería como cualquier otro bar temático. Pero sí
debe ser un sitio de pacificación, donde prime la cordura y la reflexión", afirma.Por eso los camareros deben seguir un "protocolo especial", que incluye no contestar agravios y permitir la venta ambulante, algo que prohíben en otros bares para no molestar a los clientes.
MOVIMIENTO DE RENOVACIÓN CARISMÁTICA
“Café con Dios” es propiedad de siete miembros de la renovación carismática. “La idea es que cuando la gente ingresa, encuentre tranquilidad.
Muchas personas vienen y leen la Biblia durante horas”, asegura uno de los socios.
En la primera planta del bar está la oficina del Movimiento de Renovación Católico y el salón Cura Brochero, dedicado a un sacerdote local en proceso de beatificación. En este espacio con capacidad para 25 personas, donde destaca la imagen de la Virgen María sobre una mesita lateral, se reúnen grupos eclesiales que no pagan por su uso, aunque sí deben hacer una consumición mínima de la cafetería.
TURISMO RELIGIOSO
Más allá de los clientes habituales, este bar inaugurado a fines de agosto ya
se ha convertido en parada obligada en el circuito de turismo religioso de Córdoba, donde destacan las construcciones jesuíticas."Vienen personas de todos lados porque los guías los traen", cuenta Melone. El negocio está asegurado. Por el costo del local no deben preocuparse: al igual que muchos otros de la zona -además de edificios de propiedad horizontal- pertenece al Arzobispado de Córdoba, herencia de la época colonial.
"Café con Dios" -dicen los encargados- está abierto a todo público. “Hay fotos de los integrantes del Comipaz (Comité Interreligioso por la Paz), o sea, no nos olvidamos de nadie. También están las imágenes de los santos. Nos acordamos de todos”, indica una de las camareras.
Menciona también que los grupos parroquiales pueden llevar allí los volantes de promoción de sus actividades. Entonces surge la pregunta:
En el caso de una iglesia evangélica, ¿también puede traer sus anuncios? “Sí, aquí le damos cabida a todo lo que se relacione con Dios”, contesta la joven.
Si quieres comentar o