Dos niños murieron y otros dos resultaron heridos de gravedad en un atentado con granada contra una iglesia el domingo por la mañana en la capital de Kenia, Nairobi, según informó la policía.
La granada fue lanzada en una zona de la iglesia en la que se desarrollaba una reunión con niños.
Una decena de parroquianos resultaron también heridos por la explosión o cuando trataban de socorrer a las víctimas en la iglesia Anglicana de San Policarpo, en la periferia de la capital keniata.
En estas últimas semanas
varios atentados tuvieron como objetivo iglesias en Kenia. Estos ataques no fueron reivindicados, pero parece que fueron llevados a cabo en represalia a una intervención militar keniata en la vecina Somalia contra los insurgentes islamistas shebab.
PREOCUPACIÓN POR VIOLENCIA
Hasta hace poco, Kenia no era un lugar en el que se estuvieran dando casos de atentados contra cristianos.
“No estamos en una guerra de religión, pero los cristianos se están exasperando por los ataques contra sus lugares de culto”, dijeron fuentes de Fides de la Iglesia local en Nairobi, que piden el anonimato por razones de seguridad. Ayer, en la capital, dos niños murieron en un atentado con explosivos en la iglesia anglicana de San Policarpo.
“El atentado alcanzó una sala infantil, por lo que se pretendía que
querían golpear precisamente a los niños. El barrio de ésta iglesia está cerca de otro apodado 'Pequeña Mogadiscio' donde está creciendo entre la población keniana una sensación de inseguridad por las llegadas continuas de refugiados no sólo de Somalia, sino también desde Sudán del Sur y Etiopía, que son empujados hacia Kenia por la hambruna o la guerra. Desde los campamentos de refugiados en las zonas fronterizas, muchos de ellos se trasladan a las grandes ciudades de Kenia. Los ciudadanos se quejan del incremento de los niveles de delincuencia relacionados con este fenómeno”.
Volviendo al atentado de ayer las fuentes de Fides señalan que
“tanto los Obispos como los políticos insisten en que no estamos ante una guerra de religión, sino a una cuestión política, vinculada a la intervención de Kenia en Somalia”. Por lo tanto este ataque se considera una reacción a la conquista de Kismayo, el último bastión de los Al Shabaab en el sur de Somalia por las tropas de Kenia con el apoyo de la Unión Africana.
“En los últimos días, la policía ha incautado grandes cantidades de explosivos transportados por personas que se desplazaban en coches y autobuses. Así que hay un movimiento de células extremistas que están tratando de hacer llegar a Nairobi y otras zonas del país, explosivos con el fin de provocar una ola de atentados”.
“Por otro lado para los extremistas musulmanes la Iglesia está vinculada con el Occidente, como el gobierno de Kenia, que ha formado alianzas con diversas potencias occidentales. Las iglesias son atacadas porque son vistas como un 'blanco fácil', y están mal protegidas. Atacar a una iglesia es algo que adquiere inmediatamente una dimensión internacional, porque la noticia viene comunicada por los medios de comunicación de todo el mundo”, advierten las fuentes de Fides.
RELACIONES TENSAS
“Si bien es cierto que aún es difícil hablar de guerra de religión,
la difusión del vídeo que desprecia al Profeta y de las viñetas de un periódico francés están empeorando las cosas.
Aquellos que difunden estos materiales son personas irresponsables que no piensan en las consecuencias de sus acciones: en otras partes del mundo personas inocentes mueren”, explican.
“Después de los incidentes en Mombasa, surgidos a raíz del asesinato de un predicador extremista, se había establecido una buena relación de colaboración entre la Iglesia y la Asociación de líderes musulmanes para invitar a las dos comunidades a la paz, la reconciliación y el diálogo. Después de la aparición del vídeo y de las viñetas, los líderes musulmanes han interrumpido estos encuentros porque se sienten ofendidos por dichos materiales”.
“La situación es compleja. No estamos en una guerra de religión, pero también es cierto que ante estos ataques, entre los cristianos crece cada vez más la exasperación. Tras el atentado de ayer algunos jóvenes cristianos estaban planeando atacar la mezquita del barrio”, concluyen las fuentes.
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