La destitución del ya ex presidente paraguayo Fernando Lugo, que derivó en duras sanciones diplomáticas de sus países vecinos, exhibió diferencias entre las distintas reacciones de las iglesias, entidades y dirigentes evangélicos.
La
Asociación de Pastores Evangélicos del Paraguay (APEP) solicitó una “cadena nacional e internacional de oración a Dios por la pronta paz, reconciliación, fraternidad y unidad de todos los paraguayos”, pero
ni condenó ni respaldó la remoción de Lugo, realizada en menos de 48 horas.
Por su parte, la entidad
“Familias en Plenitud, Organización Pro Familia del Paraguay” apoyó la movida institucional porque “Lugo puso todos los recursos tanto humanos como económicos a disposición de su ideología”. En las
redes sociales, muchos paraguayos cristianos se manifestaron a favor de la destitución del presidente constitucional y colgaron mensajes como: “Gloria a Dios! La mano poderosa de nuestro Dios estuvo sobre Paraguay, todos los que estuvimos muy tensos y orando, ahora estamos aliviados y dando gracias a Dios por bendecir nuestra tierra”.
En Argentina, las iglesias y organismos miembros del Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI) expresaron su “repudio al golpe parlamentario que ha derrocado al presidente Fernando Lugo, a cuyo gobierno sólo le faltaban nueve meses para concluir el mandato constitucional". En términos similares se expresó la
Alianza de Iglesias Presbiterianas y Reformadas de América Latina (AIPRAL), y el Grupo de Estudios Multidisciplinarios sobre Religión e Incidencia Pública (GEMRIP) de ese país.
CONSEJO DE IGLESIAS DE CUBA
El
Consejo de Iglesias de Cuba emitió una declaración encabezada por el texto de Romanos 13:1-2. A continuación, el documento expresa: “
Rechazamos enérgicamente el golpe de Estado contra el Presidente constitucional de la República del Paraguay Fernando Lugo, legítima y popularmente electo; lo que, además, es un golpe contra esa hermana nación, la democracia y el pueblo paraguayos; así como un retroceso de la democracia en América Latina”.
El Consejo de Iglesias presidido por el Rev. Joel Ortega Dopico afirma que “este golpe quebranta la paz y la unidad del pueblo paraguayo y pretende desestabilizar la unidad de la América Latina” y deja en claro que la condena se fundamenta en su “compromiso bíblico y pastoral con las personas más vulnerables, puesto que siempre son quienes sufren las consecuencias de actos irresponsables e injustificables”.
SOLIDARIDAD CON LUGO
“Nos solidarizamos con nuestro hermano presidente constitucional Fernando Lugo, con el pueblo del Paraguay, con sus iglesias e instituciones cristianas, así como con todos los movimientos y ciudadanos honestos, y con las naciones de América Latina y del mundo que levantan su voz y sus acciones a favor de la restitución del gobierno constitucional”, expresa la declaración firmada el 1 de julio en La Habana.
Tras enfatizar el repudio a “todo intento de dividir y socavar la unidad de esa hermana nación la que, en el pasado, sufrió de gobiernos tiránicos”, la entidad expresa su apoyo a los organismos regionales que “se han pronunciado en contra del golpe y que han adoptado acciones conducentes a que regrese la paz y la normalidad al hermano pueblo paraguayo; y, sobre todo, se impida que, una vez más, una minoría imponga su voluntad clasista contra la voluntad democrática de un pueblo”.
Por último, el Consejo convoca a todas sus iglesias a la oración “en solidaridad con nuestro hermano pueblo paraguayo y su presidente Fernando Lugo”, y finaliza diciendo: “En el nombre de Jesucristo, quien nos llama a construir, y a vivir en un mundo de paz, justicia, equidad y amor”.
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