Charles Colson fue el asesor especial del presidente Richard Nixon que cumplió una pena de cárcel por su papel en un caso derivado del escándalo Watergate. Abrazó tras las rejas la fe en Jesús como cristiano evangélico. Acaba de morir con 80 años.
Su muerte fue confirmada el pasado sábado por Jim Liske, presidente del movimiento evangélico de ayuda a presos fundado por Colson. Liske dijo que la causa preliminar del fallecimiento fue la serie de complicaciones provocada por una operación debido a un problema agudo cerebral al que se sometió Colson a finales del pasado mes de marzo.
Colson, uno de los líderes evangélicos más destacados de Estados Unidos, murió en un hospital en el norte de Virginia con su familia a su lado. Líderes cristianos de todo el país han respondido con un apoyo abrumador.
UNA OBRA RECONOCIDA
Tras salir de prisión Chuck Colson fue cofundador del ministerio Prison Fellowship en 1976, y ha sido una voz de peso en favor de los valores conservadores como el matrimonio tradicional y los ideales pro vida. Prison Fellowship es un ministerio dedicado a llegar a los presos y sus familias con el mensaje del Evangelio.
“Por casi cuatro décadas, Chuck Colson ha sido muy usado por Dios para llevar el Evangelio, consolar encarcelados, mostrar compasión a sus familias y luchar a favor de la verdad en la arena pública”, dijo el vicepresidente del Family Research Council, Rob Schwarzwalder.
Ya desde que se supo su enfermedad y situación de gravedad muchos evangélicos de toda clase hicieron públicos sus pensamientos en su apoyo y reconocimiento de su labor a través de Facebook y Twitter. Tanto que el pasado jueves el hashtag #ChuckColson ya tenía numerosos posts.
FIGURA DEL ESCÁNDALO WATERGATE
Colson, con sus emblemáticas gafas con montura de carey, era conocido en su vida política como el "genio maligno" de la presidencia de Nixon. En una ocasión dijo que era capaz de pisotear a su abuela con tal de garantizar la reelección del presidente.
"Me estremezco al pensar en lo que habría sido si no hubiera ido a la cárcel", dijo Colson en 1993. "Tirado en el piso podrido de una celda, se sabe que no es la prosperidad o el placer lo importante, sino la madurez del alma".
El influyente diario Washington Post lo describió en 1972 como "uno de los asesores presidenciales más poderosos, a quien algunos llaman un hombre que resuelve problemas y otros un 'maestro del juego sucio'''.
Colson ayudó a dirigir el comité para la reelección del presidente (CREEP por sus siglas en inglés) cuando este estableció una operación para reunir información de inteligencia sobre el Partido Demócrata. El arresto del director de seguridad del CREEP, James W. McCord, y otros cuatro hombres que irrumpieron en las oficinas del Comité Nacional Demócrata en 1972 desencadenó el escándalo que llevó a la renuncia de Nixon en agosto de 1974.
Sin embargo,
fueron las acciones que precedieron al escándalo de Watergate las que produjeron la condena penal de Colson. El asesor se declaró culpable de los esfuerzos para desacreditar al analista del Pentágono Daniel Ellsberg, quien había filtrado el estudio secreto del Departamento de Defensa sobre Vietnam que llegó a conocerse como 'los papeles del Pentágono'.
Los esfuerzos para desacreditar a Ellsberg incluyeron el uso de 'los plomeros' de Nixon —un grupo secreto creado para investigar las filtraciones de la Casa Blanca— para entrar en la oficina del psiquiatra de Ellsberg en 1971 en busca de información que pudiera desacreditar sus iniciativas en contra de la guerra.
La cárcel no sólo le hizo cambiar el rumbo de su vida externa, también la cambió profundamente en su interior, algo que –según él siempre afirmaba- se debía sólo a haber encontrado una relación personal y real con Jesús.
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