Desde que trasladó su sede a Nueva York en 2010, la Alianza Evangélica Mundial (AEM) ha incrementado su participación en la ONU, enfocada en la promoción de la paz y la reconciliación, la defensa de los pobres y necesitados, y también la comunicación de las creencias y los valores evangélicos.
La AEM tiene el status de consultora en el Consejo Económico y Social de la ONU (ECOSOC), que sirve como foro central para examinar las cuestiones económicas y sociales, y para formular recomendaciones de políticas dirigidas a los estados miembros y al sistema de las Naciones Unidas.
La ONU define esta participación de la siguiente manera: "Consulta de estado de los asuntos del ECOSOC. Permite el acceso de la sociedad civil a casi todos los procesos intergubernamentales de las Naciones Unidas en el trato con el desarrollo económico y social, las cuestiones de género, desarrollo sostenible, las armas pequeñas, y los derechos humanos".
PROTEGER A LOS VULNERABLES
Deborah Fikes está dirigiendo las actividades de la AEM en la ONU, en nombre de más de 600 millones de cristianos evangélicos. "Creo que nuestra participación es muy importante para conectar con las entidades que están trabajando en un nivel internacional y regional para promover los derechos humanos y proteger a los vulnerables, y promover la paz", dice ella.
Fikes pone como ejemplo la Convención sobre los Refugiados. “La vida de 60 millones de refugiados han visto afectados positivamente por la Convención sobre los Refugiados que se ha formado después de la Segunda Guerra Mundial. Millones de personas están protegidos cuando se ven amenazados con la violencia. Es mucho el trabajo que Jesús manda a sus discípulos a hacer, para cuidar de los más vulnerables. Y la verdad de las Naciones Unidas es la entidad líder que hace eso. Así que creo que es muy importante para nosotros como seguidores de Cristo, para ser parte de cualquier entidad que está tratando de avanzar en esos principios", expresa.
OTROS TEMAS
Las Naciones Unidas también ofrecen oportunidades únicas para reunirse con la gente y expresar la preocupación de los evangélicos sobre ciertos temas. A través de su presencia en la ONU, la Alianza Evangélica Mundial, podría no sólo defiende la paz y la reconciliación en diversas regiones del mundo, sino también participar en los debates que abordan cuestiones como la gravedad de la proliferación nuclear y tratados tales como la eliminación de las armas químicas y las minas terrestres.
Además,
la AEM está tratando de encontrar más formas para apoyar y alcanzar los objetivos de desarrollo del milenio, lo que facilita el trabajo de Micah Challenge, que ha estado muy involucrado en esta área.
QUIÉNES SOMOS
La importancia de la presencia de la AEM en la ONU no se limita a la repercusión directa en el Consejo Económico y Social, sino que es una oportunidad para comunicar a los Estados miembros y otros participantes de las ONG de la identidad de los evangélicos. "Creo que es importante para ayudar a la gente a entender un poco más acerca quiénes son los evangélicos y qué creen.
Además, hacer ver que lo que es importante para los evangélicos, enlaza perfectamente con aspectos que la ONU considera muy importante", afirma Deborah Fikes. "Los estamos educando acerca de quiénes somos, la comunicación acerca de nuestra visión para la reconciliación y ministrar a las necesidades del mundo", puntualiza.
"Es mi oración que como evangélicos y seguidores de Cristo, lleguemos a estar en la vanguardia de la participación en la sociedad, para promover la paz y la reconciliación, la verdad, la libertad, ayudando a los más vulnerables y los pobres, y que utilicemos para ellos todas las vías disponibles. Somos una voz muy importante", enfatiza Deborah Fikes.
La Alianza Evangélica Mundial anima a los evangélicos a orar por su participación en las Naciones Unidas y la promoción de los principios del Reino, aprovechando las oportunidades y los mecanismos que se ofrecen a través de las estructuras de la ONU.
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