Afganistán persigue a los convertidos al cristianismo del Islam

Preocupantes, según la Alianza, son los recientes acontecimientos sucedidos en Afganistán. La difusión de un documental el pasado 27 de mayo sobre la conversión de afganos al cristianismo, emitido en una televisión local, reveló la identidad de algunos afganos conversos, y provocó una reacción anticristiana pidiendo la muerte de los conversos del Islam a otras religiones. Pero también los funcionarios de Afganistán, incluido el Presidente de la República Islámica de Afganistán, Hamid Karzai, se unieron en la intención de reprimir y castigar estas conversiones.

Según distintas publicaciones (Associated Press AP, WEA, VOM), el Presidente ha dado instrucciones a funcionarios del gobierno y la agencia de inteligencia para que adopte medidas inmediatas para prevenir nuevas conversiones del Islam. En las últimas semanas, funcionarios afganos suspendieron la actividad de dos organizaciones solidarias de base cristiana, bajo acusaciones de proselitismo.

Los anteriores hechos revelan una situación de intolerancia y violación del derecho universal a la libertad religiosa. Un líder cristiano afgano declaró no comprender «cómo el mundo entero y, en especial, la Iglesia Mundial» permanece en silencio y «cierra los ojos mientras miles de sus hermanos y hermanas que forman parte del mismo Cuerpo de Cristo están soportando dolor y en peligro de muerte, tortura y otras formas de persecución criminal».

El pastor pidió «oración a la iglesia en todo el mundo para que se respete en Afganistán la libertad de religión y que el Gobierno tome todas las medidas necesarias para garantizar la vida y los derechos de todos los afganos y los expatriados que trabajan en Afganistán». Es un motivo «de gran preocupación que la simple acusación de convertirse del Islam haya dado lugar a reacciones tan fuertes y violentas» por parte de las autoridades y el público en general.