A través de una carta, la Federación Mundial de Cristianos Marroquíes expone su preocupación ante una continuada situación de discriminación, que ahora además revierte en la persecución hacia distintas misiones extranjeras bajo la acusación de proselitismo, prohibido por las leyes del Reino norteafricano.
Esta Federación está formada por cristianos marroquíes de primera, segunda o tercera generación que denuncian «una persecución religiosa» hacia ellos. «Vivimos de una manera normal en nuestra vida cotidiana», explica la carta, respetando «a la sociedad marroquí» y sus leyes. Pero a pesar de ello, a causa de su fe en Cristo, escogida «libremente» y sin intervención de extranjeros, no cuentan con los mismos derechos que sus conciudadanos de religión musulmana.
De hecho, son privados de «derechos fundamentales garantizados en nuestra Constitución». Las autoridades marroquíes defienden que en el país hay libertad religiosa, a lo que se preguntan «¿por qué se persigue a los cristianos marroquíes? ¿Bajo qué ley se los interroga y encarcela?».
Porque, si bien en el Reino de Marruecos se respeta el culto que puedan practicar los extranjeros, a ellos -los creyentes nacionales- no se les permite. «No tenemos libertad de adoración, no podemos tener iglesias, no se nos permite reunirnos para practicar nuestro culto, sea en privado o en público, ni defender nuestra fe cuando se nos demanda» explica la misiva. Aún más: «se nos niega incluso poseer una Biblia en idioma árabe o berebere aquí, en nuestro querido país, bajo pretexto de que se trata de un libro de proselitismo».
Es por ello que la misiva solicita la detención de actuaciones de acoso sistemático «como interrogatorios, detenciones, arrestos e inspecciones que solo tienen por objeto humillar a los cristianos y presionarlos para obligarlos a abandonar su fe». Además se solicita que se abran «canales de diálogo» con los cristianos, de forma que pueda realizarse una transición pacífica hacia la libertad religiosa.
El comunicado pide al Gobierno que reconozca de forma oficial «a los cristianos marroquíes, y su derecho a practicar el culto cristiano en sus diversas formas, libremente, sin hostigamientos, trabas ni restricciones».
Finalmente, se realiza un alegato a la libertad de conciencia de los marroquíes para que éstos puedan escoger libremente «cualquier religión, incluso el cristianismo, sin ser sometidos por ello a ningún cuestionamiento o persecución por las autoridades, tal como lo reconoce y garantiza nuestra Constitución».
EL ARZOBISPO DE TÁNGER: «NO HAY LIBERTAD DE CONCIENCIA»
Santiago Agrelo, arzobispo católico de Tánger (Marruecos) ha mostrado su malestar ante las expulsiones de cristianos. El 7 de marzo un joven egipcio, perteneciente a la diócesis de Tánger, fue sometido a un interrogatorio y luego expulsado de forma inmediata a El Cairo. Una situación que «nunca se había producido», según Agrelo, que no ha recibido respuestas del gobierno ante esta situación.
Aunque el Ministerio de Interior de Marruecos sólo ha admitido 16 expulsiones, las cifras reales ascienden a unas 70 personas, la mayoría cristianos evangélicos. «Me cuesta trabajo creer que detrás de todas estas expulsiones esté el proselitismo», afirma monseñor Agrelo. «No comprendo que se pueda tener miedo de las palabras y no de la vida de los cristianos», prosigue. «Yo no he venido aquí para explicar el misterio de la Santísima Trinidad, pero sí vivo como un cristiano».
«Nuestra responsabilidad es ayudar a nuestros hermanos cristianos a encontrarse con sus hermanos musulmanes (...) sin ningún deseo de proselitismo», afirman en un comunicado conjunto el arzobispo católico de Rabat, Vincent Landel, y el representante de las iglesias protestantes en Marruecos, el pastor Jean-Luc Blanc.
Pero este deseo se ha visto truncado por el gobierno marroquí. Una actuación que ha tenido repercusión internacional. Tanto los Estados Unidos como los Países Bajos se han manifestado mostrando su descontento ante las expulsiones. Sin embargo, ni la Unión Europea en conjunto, ni España en particular, han querido expresarse sobre esta situación.
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