Las principales religiones de todo el mundo discutieron sobre el cambio climático hasta el pasado miércoles 28 de octubre en un encuentro celebrado en el castillo de Windsor, en Gran Bretaña. Esta iniciativa “verde” ha sido definida por la Organización de las Naciones Unidas -que co-patrocina el evento- como
"el principal movimiento de la sociedad civil en la historia en relación al cambio climático".
La cumbre reunió a líderes de
diferentes denominaciones cristianas, del Islam, el Judaismo, el Hinduismo, el Daoismo y el Dhintoismo, dos religiones del este de Asia, así como el Sikhismo, de India.
Cada quién aportó lo suyo. Los líderes islámicos prometieron la adopción de un "ecosello" para bienes y servicios, mientras que los judíos plantearon convertir al Shabbat en una celebración ecológica donde se evite el consumo conspicuo.
Varias de las iglesias presentes dijeron estar dispuestas a lanzar paquetes turísticos con sello ecológico para eventos religiosos, y la Iglesia Anglicana presentó la meta de que todas sus diócesis consuman productos vinculados al comercio justo para el año 2016.
IMPACTO AMBIENTAL DE LA FE
Las diferentes iglesias y religiones de todo el mundo controlan alrededor de un 8% de la superficie o tierra habitable del planeta, son propietarias o influyen en la mitad de las escuelas y controlan un 7% de las finanzas internacionales.
En base a estos datos, el anfitrión del evento, Rowan Williams, arzobispo de Canturbery, anunció que la estrategia ecológica de las religiones podría potencialmente tener un impacto mucho mayor que cualquier acuerdo que se logre en Copenhagen.
Olaf Kjorven, asistente del secretario general de la ONU, apoyó esta visión al declarar que el hecho de que el 85% de la población mundial profese alguna religión, puede llevar a que esta iniciativa se convierta en la mayor movilización mundial en torno al tema.
Martin Palmer, secretario general de la Alianza de las Religiones y la Conservación, dijo a la BBC que los acuerdos de esta cumbre no constituirán una lista de buenas intenciones, sino "lo que vamos a hacer". El proceso ya ha comenzado. Según Palmer, las iglesias se han pasado los dos últimos años evaluando sus propiedades, lo que compran, lo que imprimen, lo que enseñan, las escuelas que dirigen, para ver qué se puede hacer en todas estas áreas a fin de proteger el planeta.
UNIFICACION DE CRITERIOS
Aparentemente,
la celebración de esta cumbre constituye una muestra de que las diferentes religiones están comenzando a unificar sus posiciones en torno al cambio climático.
Hasta ahora no ha sido fácil unificar criterios. En Estados Unidos, por ejemplo, muchas iglesias evangélicas consideran que el cambio climático es simplemente una confirmación de lo que dice el Apocalipsis sobre el fin del mundo. En cierto sentido, esto tendría un signo positivo ya que se trataría de eventos que preceden la segunda venida de Jesucristo.
Sin embargo, Jim Ball, de la Red Evangélica para el Medio Ambiente, dijo a la BBC que muchos están comenzando a sumarse a lo que llamó "el movimiento por el cuidado de la creación".
CATÓLICOS Y JUDIOS
También muchos católicos y judíos han adoptado la expresión "cuidar la creación", y esto, según Gregory Eamond, arzobispo católico de New Orleans, se trata de una evidencia más de que las iglesias comienzan a tomar liderazgo en el combate al cambio climático.
"Definitivamente, las religiones están volviéndose más verdes, y eso lo veo tanto en el cristianismo como dentro del judaismo. Es realmente muy promisorio ver que las iglesias están aunando esfuerzos", dijo Eamond a la BBC.
El corresponsal de la BBC Christopher Landau señala que dentro de las comunidades judías, muchos plantean reducir a la mitad el consumo de carne entre los feligreses y convertir a Israel en el primer estado en el mundo que utiliza principalmente energía renovable.
Más allá de las diferencias, lo que ha quedado claro en la cumbre de Windsor es que las religiones comienzan a darse cuenta del papel crucial que pueden jugar para combatir el cambio climático.
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